Va cerrando el año. Un 2024 que ha sido para la economía doméstica cubana mucho más duro que el año precedente. Diversos factores influyen y no pretendo volver a recordar causas, solo hacer hincapié en una consecuencia que ha sido devastadora este año.

En el contexto nacional, si le preguntamos a cualquier cubano donde cree deben concentrarse los esfuerzos de la nación para salir de la crisis económica que nos agobia, amén de los factores externos que nos limitan en extremo cualquier solución en el corto plazo, seguro escucharíamos dos elementos como factor común en las respuestas: la alimentación y la energía…

En ello se centran las prioridades que para cualquier cubano, sin tener mucho título universitario, ni responsabilidad política o administrativa, son decisivas hoy, porque es lo que indudablemente más afecta en el día a día. Mucho más que el transporte, o la cobertura de salud, o la disponibilidad de material escolar; aspectos también que gravitan como espada de Damocles sobre la cabeza del ciudadano y le complejizan la vida.

En el año 1993, el año más complejo del período especial, donde la economía cubana tocó fondo cayendo su Producto Interno Bruto más del 36%, la dirección del país enfocó la recuperación en dos direcciones principales: la producción de alimentos y la revolución energética. Ambos programas han sufrido los últimos 10 años limitaciones en su desarrollo y continuidad.

Falta de previsión, políticas económicas dirigidas a otros sectores, falta de financiamiento para encausarlos, crisis económica agravada por los efectos de la COVID y las medidas extraterritoriales del bloqueo: esos pueden ser los motivos; no me corresponde enjuiciar ni valorar, solo analizar a partir de la realidad objetiva de hoy, y es algo en lo que estarían  de acuerdo conmigo la mayoría de los cubanos, que se requiere una mirada diferente hacia la producción de alimentos y la generación de energía en el país.

Normativa jurídica para acotar el uso de los portadores energéticos y las fuentes renovables de energía.

Un primer paso vinculado al segundo tema, la generación de energía eléctrica, se ha dado recientemente con la publicación del Decreto 110 del Consejo de Ministros, que establece regulaciones para el control y uso eficiente de los portadores energéticos y la fuentes renovables de energía. Normativa jurídica que sale a la luz justo en medio de dos desconexiones del sistema electro energético nacional, la ocurrida el 18 de octubre y la más reciente en la madrugada del cuatro de diciembre. Es por ello que conocer adecuadamente lo que en materia de energía se norma, es una necesidad.

La nueva normativa jurídica publicada el pasado 26 de noviembre en la Gaceta Oficial de la República de Cuba publicó el Decreto 110 del 2024, del Consejo de Ministros, sobre las regulaciones para el control y uso eficiente de los portadores energéticos y las fuentes renovables de energía. Un decreto aplicable a toda la actividad económica, el sector de la administración pública y todo el sector empresarial, tanto el estatal como el privado, incluyendo las empresas mixtas, las empresas estatales, las Mipymes, Cooperativas y emprendedores individuales, los TCP. Por ende, es una norma que se aplica de forma pareja para todo el que participa de la economía.

Algo que pone en igualdad de condiciones a la empresa estatal y al sector privado ante el consumo energético y el control de los portadores económicos. Recordemos que, hasta ahora, la empresa estatal ha estado más afectada y controlada que el sector privado, limitando sus posibilidades de competir contra el nuevo sector emergente que, sin regulaciones ni limitantes, hacía uso de la energía. Mientras que a una empresa estatal le exigíamos parar en horario pico, no funcionar y con ello afectar su producción y a sus trabajadores, el sector privado seguía produciendo en ese horario sin restricciones.

Una preocupación que ha surgido a tenor con la norma es el relacionado con los altos consumidores. Establece la normativa que: Altos consumidores de portadores energéticos son aquellos actores económicos estatales y no estatales, modalidades de inversión extranjera y formas asociativas que consumen en los últimos 12 meses del año anterior un promedio mensual igual o mayor a los 30 MWh o 50 000 litros de combustibles. Hay quien ha pensado que se afecta el consumo de su vivienda y aclara la norma que es solo para entidades del sistema empresarial privado y estatal, empresas mixtas y administración pública, no para el sector residencial. Por otro lado, en una vivienda se consume por lo general entre 200 y 800 KWh, nunca llega a 1 MWh, mucho menos a 30 en un mes.

Se definen igualmente los horarios picos. Son los horarios dentro de 24 horas del día en los que hay un marcado incremento de los valores de la demanda, por la coincidencia de actividades. Hay dos muy identificables: El diurno comprendido entre las 11 a.m. y la 1 p.m. y el nocturno comprendido entre las 5 y las 9 p.m. esos son horarios hacia los cuales se dirigen las mayores regulaciones en el Decreto, intentando con ello proteger al sector residencial, pues es el horario en que mayor actividad se realiza en las viviendas.

El Decreto establece las posibles violaciones en el control y uso de los portadores energéticos y de la electricidad, aspectos que se van a controlar y evaluar periódicamente. Para ello se definen también un grupo de medidas a aplicar a los violadores, separadas en cuáles aplicar al sector estatal y cuál al sector privado, incluyendo las empresas extranjeras radicadas en el país.

Una mirada hacia y desde el exterior

Esto es algo que ocurre en todo el mundo, no sólo Cuba establece normativas para el control y uso de la energía. España, por ejemplo, ha tomado diversas medidas para enfrentar la crisis energética que van desde lo macro a nivel de gobierno hasta lo doméstico, de hecho, en junio de reciente aprobaron extender un paquete de medidas, aprobadas a inicio de año, hasta diciembre. En 2022 la Unión Europea revisó la legislación sobre eficiencia energética elaborada cuatro años antes en un intento por mejorar la eficiencia energética y reducir emisiones de gases contaminantes. En medio de una crisis global, todos buscan proteger este renglón vital en la economía.

Si tenemos en cuenta que para Cuba la situación se agrava con la incidencia del bloqueo, el incremento de los precios de los combustibles y el poco acceso al mercado de piezas de repuesto; tomar medidas desde el punto de vista organizativo y legal es una necesidad. El Decreto es mucho más amplio de lo que pudiéramos explicar aquí, es importante que aprovechando las virtudes del acceso a internet todos puedan descargar la gaceta oficial y leerlo, estando al tanto así de lo que realmente establece.

Sin conocerlo, se puede caer en la trampa de quienes han manipulado en las redes los elementos de este Decreto Ley, haciéndolo ver como un atentado a la tranquilidad y que exacerba la compleja situación que atraviesa el país. Eso solo son malas interpretaciones, intencionadas o no, que pueden confundirlo.

La importante norma jurídica, que a todas luces busca preparar al país para alcanzar antes de 2030 más de un 24 por ciento de generación eléctrica a partir de fuentes renovables, ha sido presentada de la peor manera posible en los medios enemigos de Cuba. Han querido hacerlo parecer muy malo. Si se siguen las redes de los odiadores cubanos afincados en la Florida, todo lo que se encuentra sobre el citado Decreto son tergiversaciones.

La más común: afirmar que el Gobierno cubano ha decretado apagones de 72 horas continuas o que ha trasladado a los actores económicos la responsabilidad con los planes de incremento de la energía renovable. Lo cual es falso, sencillamente una de las medidas propuestas para los altos consumidores en el sistema estatal o privado que violen o se excedan en el consumo es interrumpirle el servicio por 72 horas a la entidad violadora, no apagones por ese tiempo para todo el país o territorio.

Como también es falso que se obliga a todos los actores económicos a buscarse fuentes de energía renovable como puedan. Todo lo contrario, lo que sí se ha anunciado es el aumento de las importaciones de paneles solares para que, en los próximos tres años, los altos consumidores los adquieran, instalen y hagan empleo de esa energía limpia en el pico diurno, liberando carga de la generación térmica para quienes no disponen de recursos para hacer la inversión.

Sin dudas, son pocos los que leen una norma tan exhaustiva de manera íntegra, así que se necesitan explicaciones adicionales que corresponde dar a los expertos en los medios oficiales. Pero no es nada complicado entender de qué va el Decreto. Independientemente de ello se requiere mayor comunicación institucional, mayor participación de los medios, para que todos estemos al tanto de lo que establece.

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