La distribución de utilidades suscita el interés entre los trabajadores. Para ello, es preciso que cada colectivo sepa que se tienen que cumplir dos principios fundamentales: “No se puede hablar de distribución de riqueza si esta antes no se ha creado, y tampoco debe hablarse de una distribución de los ingresos generados por ella que no sean compatibles con la participación individual de los trabajadores”.
Es imprescindible que todos conozcan el reglamento elaborado para ese fin, de conjunto con la dirección de la entidad y el sindicato. Hay que emitir criterios cuando sea sometido a consideración de la asamblea sindical, y aprobarlo, para ser incorporados al Convenio Colectivo de Trabajo. Así se contribuye a la verdadera participación y negociación de las partes. Es el instante para diferenciar los cargos y trabajadores que más aportan a los resultados de la entidad, y que a la postre sean los más beneficiados.
Dicho asunto, ya abordado en otras separatas, sigue generando inquietudes en los colectivos. Por esto nos adentramos de nuevo para ahondar cuestiones que todavía deben perfilarse mejor para salir del cachumbambé de las utilidades.
Momento de aprobar las reservas voluntarias
Tras el cierre del año fiscal 2024, en que cada entidad procesa los estados económicos/financieros, transcurre en todo el país —hasta el 28 de febrero— la presentación a las Juntas de gobierno, gobiernos provinciales u organismos, según corresponda, de las propuestas de las reservas voluntarias para el 2025, con vistas a su aprobación.
Entre ellas están los fondos monetarios o utilidades que se distribuyen en beneficio de los trabajadores a partir de las riquezas creadas durante el año pasado, proceso que particularmente tendrá que realizarse en los centros de trabajo antes del 30 de abril.
Según la licenciada Berta Iris Rojas Gattorno, directora de Política Financiera del Ministerio de Finanzas y Precios (MFP), deben tenerse en cuenta el Reglamento de cada entidad y la Resolución no. 201/2023, del citado organismo. Esta norma recoge el procedimiento para el sistema de relaciones financieras entre las empresas estatales, las empresas filiales, las unidades empresariales de base, las sociedades mercantiles de capital ciento por ciento cubano y las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial, con el Estado.
Subraya la entrevistada que deben priorizarse las reservas destinadas a fomentar el capital de trabajo, es decir, con vistas al desarrollo de la entidad, de sus inversiones, de la innovación tecnológica, de liquidar deudas, de la capacitación; de la prevención y enfrentamiento a desastres, de asumir proyectos como parte de su responsabilidad social, por citar algunas.
De acuerdo con Berta Iris, el propósito es fortalecer la empresa estatal socialista, su autonomía, sobre la base del incremento de la producción, de la productividad y la eficiencia. El salario es la principal fuente de ingreso de cada trabajador, en tanto las utilidades constituyen un estímulo a los resultados sobresalientes de su desempeño, concluye la directora de Política Financiera del MFP.