El interés de la sociedad en los avances científicos presenta un gran reto para los comunicadores, no solo por el interés que despiertan los temas de investigación y sus resultados, sino por el hecho mismo de trazar estrategias para gestionar la comunicación hacia los diferentes segmentos de públicos que pueden hacer uso de los mismos para el funcionamiento de la sociedad.
La comunicación pública de la ciencia es necesaria para cualquier tipo de investigación, e imprescindible para los proyectos de investigación aplicada. En todos ellos, se requiere informar los resultados y propuestas a los beneficiarios del conocimiento generado para provocar cambios de actitudes, hábitos y prácticas, generación de opiniones o toma de decisiones.
Una mirada al pasado reciente nos muestra cómo la necesidad de controlar la pandemia de Covid 19 provocó grandes campañas mediáticas que incentivaron el interés por los resultados de sus causas y su control; la lucha contra el cáncer y otros males que aquejan a la humanidad, atraen a públicos heterogéneos, tanto, como la necesidad de resolver los problemas medioambientales; los avances tecnológicos, el procesamiento de datos o la inteligencia artificial, resultan cada vez más atractivos.
Internet ha contribuido a despertar curiosidad en aspectos que los intereses de los monopolios de la información al servicio del poder han preferido callar; desde descubrimientos recientes hasta búsquedas en la historia de los verdaderos protagonistas de invenciones, que por ser mujeres, por ejemplo, como Esther Lederberg, microbióloga estadounidense, que condujo investigaciones pioneras en el campo de la genética o Cecilia Payne quien descubrió de qué estaba hecho el Sol (aunque varios libros señalan a Henry Russell como descubridor, él llegó a sus conclusiones años después de Cecilia, y después de ‘aconsejarle’ que no publicara sus descubrimientos…).
Pero la ciencia no se limita solo al campo de los grandes inventos que han conmovido a la humanidad, la salud o el medioambiente; estudios sobre el cambio climático o las migraciones involucran diversas ciencias y disciplinas para identificar causas, relaciones y procesos que permiten su comprensión y la búsqueda de soluciones a las problemáticas generadas por ellos.
La lista sería interminable, y amplios los públicos relacionados con las problemáticas sociales contemporáneas, cuyo acceso abriría la posibilidad de acceder a la comprensión e intervención con participación activa e informada, si se logra identificar la necesidad de acceso al conocimiento científico.
Es amplio el quehacer de la comunidad científica en un país como el nuestro que fomenta la innovación y el desarrollo desde la ciencia. Los comunicadores, en el proceso de acompañamiento a investigaciones en diferentes disciplinas de las ciencias naturales, sociales y humanísticas, son los llamados a ser los mediadores con los empresarios, los tomadores de decisiones o las diferentes organizaciones de la sociedad civil, para trazar las estrategias de comunicación de los procesos de información, visualización y socialización del conocimiento generado, ya sea entre la comunidad científica o hacia el resto de los actores sociales.
Acompañar las investigaciones desde su embrión, garantiza que el comunicador se involucre en sus objetivos y los problemas que resuelven, contribuya a organizar los procesos de comunicación interna de los proyectos; en tanto que reconocen y segmentan a los públicos interesados, tanto del resto de la comunidad científica como de la sociedad en general.
Para comunicar los resultados se ha de partir de la investigación misma, del problema a resolver, cuyos resultados pueden tener diferentes formas de ser divulgados y difundidos de acuerdo, en primer lugar, a los públicos de interés que deben ser debidamente segmentados y caracterizados: funcionarios públicos, políticos y tomadores de decisiones, el sector productivo, entidades comerciales, escuelas, entre otros organismos y organizaciones.
Las formas de apropiación del conocimiento científico dependen del grado de asertividad logrado por el comunicador con las vías, canales y formatos seleccionados para su difusión, estos pueden ser: ferias y festivales de ciencias, encuentros, conferencias, debates públicos, libros, revistas, historietas, internet, redes y grupos sociales, medios tradicionales de comunicación masiva como la radio, la televisión y la prensa. Cada uno de ellos tiene diferentes formatos audiovisuales como podcast, videos, animaciones, infografías, artículos, reportajes, por solo citar algunos.
Para la difusión mediante los medios de comunicación masiva, el comunicador establece relaciones con los periodistas, a los que debe facilitar la mayor cantidad posible de información recopilada cuando ya haya definido a qué públicos llegar con ellos.
El rol del comunicador social como mediador en la comunicación pública de la ciencia gana protagonismo, pero además descarga responsabilidades asumidas por docentes, investigadores y científicos que los convierten en sus aliados.