El Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM), emitió el Resumen sobre la evolución de la economía mundial en el primer semestre de 2024, del mismo publicamos hoy la primera parte del trabajo del Dr. José Luis Rodríguez sobre el impacto de la economía mundial en la cubana.
Debido a la compleja situación enfrentada, el pasado año la economía cubana sufrió un importante retroceso al decrecer el PIB -1.9 %, una evolución que puso de manifiesto la presencia de factores externos negativos y también las consecuencias de errores internos en la conducción de la economía. No obstante, según estimados internacionales[122], para 2023 y 2024 se suponían desempeños mejores, con crecimientos de entre 2 y 3 %.
En esta coyuntura, el decisivo peso del bloqueo económico norteamericano; conjugado con los efectos de la COVID 19 en el 2020; la lenta recuperación en el turismo; los elevados niveles de precios mundiales de los alimentos, los incumplimientos internacionales de acuerdos que debían garantizar las importaciones de petróleo; a lo que se añaden las consecuencias de errores cometidos en nuestra propia gestión; han provocado que el país haya sufrido entre el 2019 y el primer semestre de 2024 una pérdida superior a 4 000 millones de dólares en los ingresos externos. Esta situación ha llevado a la necesidad de tomar sin dilación medidas urgentes, que, como ha señalado el presidente Díaz Canel, nos deben llevar a “…no insistir en una ruta que ha demostrado ser impracticable por insostenible.”[123]
El presente informe tiene como objetivo ofrecer un análisis preliminar de la economía cubana hasta el primer semestre de 2024, así como las perspectivas para el cierre de este año, tomando en cuenta los factores externos e internos que han incidido en los negativos resultados obtenidos y la crítica situación actual.
En cuanto a los factores externos que han incidido en la evolución económica del país, continúa destacándose, en primer lugar, el bloqueo económico de EE.UU., que sigue siendo el obstáculo fundamental para nuestro desarrollo, el que se mantiene sin cambios sustanciales, con un efecto negativo acumulado, hasta febrero de 2023, de 159 084 millones de dólares, lo que representó más de 4 867 millones de dólares solamente entre marzo de 2022 y febrero de 2023.[124]
Paralelamente, la dinámica de la economía mundial registró un débil crecimiento global de 3.5 % en 2022 y un estimado de 3.3 % en 2023, con un pronóstico de 3.2 % en 2024 y 3.3 % 2025, según datos del FMI,[125] con un comportamiento fluctuante del PIB en América Latina y el Caribe de 2.3 % en 2023, un pronóstico de 1.9 % este año y 2.7 % en 2025, cifras todas que reflejan también tendencias mayormente desfavorables para el sector externo cubano, incluyendo también el impacto negativo de la guerra en Ucrania, desde febrero de 2022 y –más recientemente–, los efectos de la agresión desarrollada por Israel contra el pueblo de Palestina y sus repercusiones en la zona del Medio Oriente y el resto del mundo, especialmente, en las cadenas globales de valor.
Estos conflictos han impactado directamente en el aumento del precio de los productos básicos. En el caso cubano solo resultó favorable –temporalmente– un aumento en el precio del níquel, que de un promedio de $18 452 USD/TM en 2021, cerró 2022 en unos $25 841 dólares, pero descendió nuevamente hasta $21 981 dólares en el pasado año, con una producción que también se redujo a un estimado de unas 41 000 TM.[126]
Por su parte, el precio del azúcar crudo aumentó un 5.4 %, hasta 18.82 centavos por libra como promedio del 2022 y durante el pasado año el precio subió un 27.8 %, promediando 24.05 centavos.[127] En estas importantes producciones para la economía nacional, se pronostica[128] que en el 2024, el níquel retrocederá hasta entre 15 000 y 16 000 dólares por tonelada, con un primer semestre que cerró en $17 011 dólares.
Mientras, el azúcar se mantendrá aproximadamente este año, con un precio similar de unos 21 centavos de dólar la libra en el primer semestre del año.
Por el lado de las importaciones, ya nos había afectado negativamente el aumento del precio del barril de petróleo WTI, de $94.91 dólares en 2022, un 39 % mayor que 2021, aunque informes recientes reportaron que en 2023 este precio promedió $77.58 dólares, cifra que llegaría a un pronóstico de $77.99 dólares en 2024,[129] aunque en el primer semestre del año ha mostrado precios superiores, superando los 81 dólares el barril y se pronostica concluya el año con un precio promedio de 82 USD.
En el caso de los alimentos, los precios promedio del 2022 crecieron un 14 % sobre el 2021. No obstante, se produjo un descenso al cierre del año. Esta tendencia se mantuvo, y en el 2023, los precios cayeron un 13.7 %, aunque resultan aún superiores a los precios previos a la COVID 19.[130] En el primer semestre de 2024, los precios se mantienen aproximadamente un 20 % por encima de sus valores promedio de 2014-16.
En relación al sector externo, en el año 2023, según la información brindada por el MEP en la ANPP,[131] el total de exportaciones de bienes y servicios alcanzó $9 070 millones de dólares, pero fueron $770 millones por debajo de lo planificado. En la información del primer semestre de 2024 el valor exportado fue 249 MMUSD superior a igual período de 2023, pero 222 MM inferior a un plan de 1 850 MM de dólares en la exportación de bienes.
Resumidamente, hasta el 2023 disminuyeron los ingresos externos en más de $3 000 millones de dólares en relación al 2019, manteniéndose un déficit financiero –actualmente de más de 4 000 millones, lo que obliga a trabajar en medio de un sostenido esfuerzo y en condiciones de emergencia, que han sido calificadas como muy negativas en el primer semestre de este año.
Igualmente, desde el punto de vista de las finanzas externas, se registró en la economía mundial una tendencia al aumento del 3 % en la inversión extranjera directa, durante el 2023, aunque disminuyó un 9 % en los países en desarrollo. En el caso de Cuba, en el pasado 2023 se alcanzaron 42 nuevos acuerdos, para un total de 343 negocios activos al cierre del año. No obstante, las cifras anteriores resultaron inferiores a las necesidades del país, calculadas entre $2 000 y $2 500 millones de dólares anuales para alcanzar ritmos de crecimiento en torno al 5 %, según estudios realizados al respecto.[132] Durante el primer semestre de este año solo se firmaron otros 12 nuevos negocios, lo que apunta a un número de acuerdos inferior a los logrados el pasado año.
La disminución en el ritmo de incremento de la IED en el país refleja la incertidumbre que reina en los mercados internacionales de capital y los impactos del bloqueo de EE.UU., pero también muestra las dificultades que siguen impactando su desarrollo en Cuba, tomando en cuenta los adeudos de Cuba con los inversionistas y limitaciones de la economía nacional presentes para el desarrollo de nuevos negocios. De igual modo, para el avance de la IED se requiere un enfoque que tenga más en cuenta el riesgo que asume el inversionista extranjero en Cuba134[133], tomando en cuenta los efectos de la guerra económica de EE.UU. contra nuestro país, e igualmente se demanda una política más flexible y ágil en las negociaciones.
Por otro lado, las remesas que ingresaron a Cuba mostraron un descenso del 26 % entre 2019 y 2020, al caer a $2 348 millones de USD, según fuentes no oficiales. Este flujo se redujo un 53.8 % en el 2021 calculándose el mismo en unos $1 084 millones.[134] Esta cifra no parece haber aumentado en 2023, ni siquiera considerando que la Western Union reanudaría el envío de remesas a Cuba, lo que auguraba un mayor incremento. Cabe recordar que las remesas juegan un papel importante como capital de trabajo del sector no estatal[135] y sustentan un apreciable nivel de consumo en el mercado que funciona en MLC. Un estudio de 2021 concluía que un estimado del 26 % de los hogares cubanos recibían remesas –computando alrededor del 2 % del PIB–, un 83.7% provienen de EE.UU. y más del 60% llegan por vía informal.[136] No obstante, otro estudio reciente de Inter-American Dialogue[137] mostraba que las remesas enviadas a Cuba alcanzaron los 2 458 millones de dólares en 2023, aunque no existen evidencias claras de que las remesas hayan crecido hasta ese nivel el pasado año.
Un elemento negativo desde 2019 –a pesar de los esfuerzos realizados– fue el incumplimiento de los pagos del servicio de la deuda externa, situación que se recrudeció a partir del 2020 con la irrupción de la pandemia de la COVID 19 y que se mantuvo en los años transcurridos hasta el 2023 y lo que va de 2024.
Como se ha explicado en otros trabajos, esta coyuntura obligó a Cuba –luego del acuerdo del 2015– a solicitar una nueva renegociación con el Club de París en mayo del 2020, donde solo se logró una posposición de los pagos de ese año. Recientemente se estableció un plazo suplementario para el pago de la deuda, aunque no se conocen más detalles del mismo.[138] También trascendió que se logró posponer los pagos hasta el 2040 en el caso de Rusia y se trabaja en la reestructuración de la deuda con China.[139]
Sobre este tema se reportó que en una gira internacional realizada en noviembre de 2022 por el presidente Díaz Canel, que incluyó a Argelia, Rusia, Turquía y China, se logró la cancelación de intereses de la deuda por pagar con Argelia y la posposición indefinida del reinicio de las erogaciones. Asimismo, también se acordó destrabar una serie de inversiones pactadas con Rusia y China que estaban paralizadas en Cuba por los impagos. A ello se añadió un donativo de 100 millones de dólares realizado por este último país.[140]
En la actualidad, y aunque recientemente el Primer Ministro ratificó en la ANPP la voluntad de Cuba para pagar la deuda externa, cuando mejoren las condiciones económicas para el país, es preciso subrayar que –como una parte importante de un Programa de Estabilización Macroeconómica– resulta indispensable retomar la alternativa de una renegociación más flexible de la deuda, que al cierre de 2023 se estimaba, –según fuentes de los acreedores– en unos $29 400 millones de dólares, lo que representa un incremento del 11% sobre el saldo del 2019 y que se estima equivale a más del 40 % del PIB. En la actual coyuntura, según han expresado diversos economistas y tomando en cuenta la práctica internacional, se requiere aplicar nuevas formas de pago –con un mínimo de liquidez– tales como swap de deuda por inversiones,[141] pagos en moneda nacional con tasas de cambio preferenciales, emisión de bonos de deuda pública (incluyendo los llamados bonos verdes), recompra de deudas con descuentos, cancelación de deudas por obligaciones mutuas y pago de deudas con flujos de ingresos de exportaciones de bienes o servicios, como variantes a aplicar para restaurar gradualmente la entrada de flujos financieros externos que hoy no existen. Adicionalmente, en una estrategia financiera a mediano y largo plazo, es necesario asegurar fondos para cubrir el servicio de la deuda, que permitan su sostenibilidad en el tiempo.
En síntesis, la compleja situación internacional que se ha creado, impone costos adicionales y muy fuertes a la economía cubana, retrasando la recuperación económica, por lo que resulta indispensable aplicar otras medidas urgentes con vistas a impulsar la misma.
A los factores externos mencionados se sumó la irrupción de la COVID 19 desde el 2020 y aunque se reportó un gradual descenso de los enfermos y la mortalidad, a finales del 2022 hubo un aumento de casos de la pandemia y un incremento de casos de dengue. Un monitoreo constante de la enfermedad se mantuvo en el 2023 y en el primer semestre del 2024. De este modo, hasta el 31 de diciembre de 2023 los enfermos de COVID 19 totalizaron un millón 115 183 personas, afectando alrededor del 10 % de la población, con una recuperación del 99.2 %. Los fallecidos llegaron a 8 530, con una tasa de letalidad de 0.77%, frente a la tasa mundial de 1.01% y de 1.55% en las Américas. En estos momentos solo mediante la vacunación masiva de las personas –que ya alcanza alrededor del 90% de la población– y que incluye varias dosis de refuerzo, es posible frenar la enfermedad y retornar a la normalidad.[142]
*La fuente de los datos no citados expresamente, se encuentran en los siguientes documentos: MEP (2024), así como Prensa Latina. Resumen Juventud Rebelde (2023), Granma (2023, 2024a, 2024b, 2024c 2024d), y Latinoamericano (2024), CANAL CARIBE (2024), CIEM (2024).
[122] Ver EIU (2024) y CEPAL (2024).
[123] Ver Díaz Canel (2023).
[124] Se trata de las últimas cifras disponibles. Ver MINREX (2023).
[125] Ver IMF (2024).
[126] Ver Cuba Información (2023).
[127] El impacto en los ingresos de la subida de los precios del azúcar y el níquel, fue limitado por la contracción de ambas producciones.
[128] Ver United Nations (2024).
[129] Ver EIA (2024).
[130] Ver FAO (2024).
[131] Ver MEP (2023 y 2023a).
[132] Ver CUBADEBATE (2022) y Spadoni (2022).
[133] La agencia Moodys, da a Cuba una calificación C, que significa de alto riesgo.
[134] Ver Los Angeles Times (2022).
[135] Este sector realizó un volumen de importaciones calculado en $1 000 millones de dólares en 2023, cifra que contrasta con una probable disminución del volumen de remesas recibido. En 2024 el estimado de importaciones del sector no estatal superó los 900 millones de dólares en el primer semestre y es probable que al cierre del año, esta cifra resulte superior a los 1 500 millones.
[136] Ver CNN (2021).
[137] Ver Inter-American Dialogue (2024)
[138] Ver Cuba Noticias 360 (2022)
[139] Ver On Cuba News (2022 y 2022a)
[140] Ver Sputnik (2022)
[141] Según información no oficial, un acuerdo de este tipo se logró para renegociar la deuda de unos 360 millones de dólares canadienses con la compañía Sherritt de Canadá. Ver Cuba Noticias 360 (2022).
[142] Ver MINSAP (2023)