El apoyo mundial a Cuba, en su larga batalla de seis décadas contra el bloqueo económico, comercial y financiero de EE. UU., se hizo sentir hasta ayer en las Naciones Unidas, donde cerró el debate del 79 periodo de sesiones de la Asamblea General.
Las jornadas fueron un digno preludio de lo que ocurrirá a finales de octubre, cuando se produzca la votación ya histórica y contundente contra esa política unilateral estadounidense, sostenida pese al rechazo global y a las drámaticas consecuencias para el pueblo cubano que provocan las restricciones que ha traído consigo, sobre todo desde que asumiera la presidencia, en 2017, el expresidente Donald Trump.
En medio de las reflexiones sobre los problemas graves que enfrenta el mundo, en torno a la paz, la seguridad y el desarrollo sostenible, los representantes de países de todos los continentes dejaron su palabra de aliento a Cuba.
El presidente de Vietnam, To Lam, reafirmó su solidaridad con el Estado y el pueblo de Cuba, y exhortó a Estados Unidos a que levante las sanciones a la Isla; en tanto el jefe de Estado de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, consideró injustificable la reinclusión de la Mayor de las Antillas en la lista del Departamento de Estado de EE. UU., sobre los países patrocinadores del terrorismo.
Otro tanto señaló el presidente de Gambia, Adama Barrow, quien advirtió que ha llegado ya el momento de establecer relaciones, entre vecinos, más armoniosas y de cooperación.
También se pronunciaron otros diplomáticos, entre quienes destacaron los cancilleres de Venezuela, Yván Gil; de China, Wang Yi; de Rusia, Serguéi Lavrov, y el ministro de Asuntos Exteriores y del Caricom de Trinidad y Tobago, Amery Browne. Todos ofrecieron plena solidaridad al pueblo de Cuba, pues la política unilateral de Washington menoscaba gravemente las perspectivas del archipiélago de lograr la estabilidad económica, el crecimiento y el desarrollo sostenible.
El pasado 22 de septiembre, con la adopción del Pacto del Futuro, empezó la semana de Alto Nivel en la ONU.