La gestión empresarial exitosa va más allá de las buenas prácticas operativas y administrativas. Para ser competitivas, las organizaciones deben apostar por desarrollar vínculos de colaboración con otras compañías, proveedores, clientes e incluso competidores.

Las alianzas estratégicas permiten a las empresas compartir recursos, conocimientos y riesgos, logrando una mayor eficiencia, innovación y competitividad. Gracias a la colaboración interempresarial, las organizaciones pueden complementar sus fortalezas, expandir sus mercados y ofrecer soluciones más integrales a sus clientes.

Sin embargo, establecer y gestionar alianzas efectivas requiere de habilidades específicas. Las empresas deben saber identificar oportunidades de colaboración, negociar acuerdos justos y mantener relaciones a largo plazo basadas en confianza y beneficios mutuos.

Invertir en el desarrollo de estas capacidades debe ser una prioridad para los líderes empresariales que buscan adaptar sus modelos de gestión a las demandas del entorno actual.

Las alianzas estratégicas son, sin duda, una pieza clave para impulsar el crecimiento y la sostenibilidad de los negocios. Premisas estas que compartieron los más de 180 protagonistas del sector empresarial y privado de Cuba que participaron en el Taller de Buenas Prácticas para la Gestión Empresarial en Cuba, realizado el pasado 22 de julio de 2024.

La iniciativa, organizada por AsesorHa, una pyme estatal de capital nacional

, tuvo entre sus propósitos el objetivo de compartir experiencias de éxito que impulsen el crecimiento y desarrollo del sistema empresarial en el país.

La cita convocó a importantes actores económicos para conocer de primera mano cómo empresas cubanas y mixtas han logrado insertarse en cadenas de valor, sortear desafíos y aplicar las mejores prácticas de gestión.

Prestigiosos ponentes con amplia experiencia en ámbitos como la industria biotecnológica, la dirección de empresas y la academia, abordaron temas clave como el control fiscal, la creación de empresas mixtas, la gestión de negocios y la informatización de la sociedad.

La clave es funcionar como “un solo sistema empresarial, sin divisiones entre lo estatal y lo privado. Necesitamos más encadenamientos y avance conjunto”, señaló Yovana Vega Matos, Directora del Sistema Empresarial Estatal del Ministerio de Economía y Planificación (Mep).

AsesorHa, con su enfoque en la transformación y el crecimiento acelerado, se posiciona como un gran aliado para aquellas empresas que buscan insertarse en cadenas de valor y aplicar las mejores prácticas de gestión empresarial.

La heterogeneidad de los participantes fue elogiada por Vega Matos, pues refleja la diversidad del sistema empresarial cubano, que cuenta con cerca de 19.000 entidades, incluyendo cooperativas, empresas mixtas y pymes privadas, junto a las 2.663 empresas estatales.

“Compartir y aprender de las buenas prácticas relacionadas a la gestión del sistema empresarial es fundamental para el desarrollo de nuestro país, que tiene entre sus debilidades hoy el insuficiente encadenamiento entre los diferentes actores económicos”, sostuvo la especialista del Mep.

“Es importantísimo para crecer diversificar el tejido empresarial y lograr encadenamientos efectivos. Nuestra empresa estatal socialista es un actor fundamental, pero necesita formas complementarias y articulaciones exportables en aquellas actividades donde se ha decidido desarrollar otras formas de gestión”, dijo.

Además de esa integración entre las diferentes formas de gestión económica, el doctor en Ciencias Juan Triana Cordoví, profesor Titular del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana, defiende un elemento esencial como la autonomía.

A su juicio, “el funcionamiento de las instituciones es básico para que funcione” nuestro sistema empresarial, el cual “es más diverso y más complejo” que en el pasado.

El académico destacó que el sistema empresarial cubano “ha venido de una tradición verticalista,  de una cultura de no fomentar la terciarización”. Reconoció que el sistema empresarial estatal “funcionó y aún funciona con una alta centralidad”, lo cual “generaba y aún genera altos costos de transacción”.

Sin embargo, la aparición de “las nuevas formas de gestión ha sido disruptiva” y ello obliga a un esfuerzo de construcción institucional.

Agregó que “una empresa sin autonomía nunca va a poder alcanzar las expectativas y potencialidades que como empresa tiene”.

Según el economista, “la coherencia de las instituciones con los propósitos definidos es un factor crítico” para lograr “un desempeño eficiente de todo ese tejido empresarial”.

Todo ello, destacó, está vinculado a un elemento esencial para crecer y atraer negocios e inversiones a Cuba: generar confianza. “Necesitamos producir confianza todos los días”, dijo.

Confianza que debe funcionar, también, hacia dentro de las organizaciones, compartió Antonio E. Vallín García, director de Laboratorios Aica.

Buenas prácticas al centro

“La organización es mucho más que la suma de sus subprocesos. Cuando dejamos que los procesos o subprocesos definan sus propios límites y qué funciona bien solo para ellos, sin considerar el resto de la organización, estamos creando una estructura sumamente ineficiente”, sostuvo Vallín García.

En su opinión, los líderes deben enfocarse en construir una organización sólida a largo plazo, en lugar de limitarse a resolver problemas puntuales. Es fundamental mantener una comunicación constante y realizar reuniones periódicas con todo el equipo, procurando que éstas sean concisas y estén enfocadas. Asimismo, es importante minimizar la burocracia excesiva y aprovechar las herramientas tecnológicas disponibles. Los directivos, por su parte, deben rendir cuentas de manera simple y transparente ante los trabajadores. Y lo más relevante, reiteró, no se debe permitir que los diferentes subprocesos se optimicen de forma independiente, sino mantener una visión holística de la organización.

Algunas claves adicionales para la gestión de empresas mixtas, las aportó Ernesto Chico Véliz, Director de la Empresa Mixta Cuba/USA, Innovative Immunotherapy Alliance (IIA).

De acuerdo con el experto, mantener una posición de respeto y de principio en las negociaciones con el socio, ya que la negociación nunca termina y es necesario estar preparado para renegociar constantemente las condiciones que pueden cambiar con el tiempo, es un asunto vital. Otro elemento clave es tener una misión compartida entre las partes involucradas en la empresa mixta.

En esa visión holística de la gestión organizacional, el Dr. Santiago Dueñas Carrera, Vicepresidente de BioCubaFarma, enfatizó en las buenas prácticas en la gestión del control fiscal estatal y del control interno, a partir de experiencias en una empresa mixta cubana en China.

Dueñas Carrera refirió que, desde la perspectiva de la empresa, es fundamental cumplir con el deber que le imponen las leyes en la administración, manejo y disposición de fondos y bienes del Estado. Por otro lado, para los órganos de control, es crucial verificar y vigilar que los empresarios cumplan con los deberes que les imponen las leyes, actuando con principios éticos de objetividad, imparcialidad, autonomía, carácter técnico, oportunidad, economía, transparencia y celeridad.

Aclaró que el control no debe verse como un fin en sí mismo, sino como un mecanismo que permite a la empresa aportar mejor a los objetivos comunes. En este sentido, destacó que debe haber una conjunción de elementos que vinculen a la persona, la empresa y el país, de modo que lo que es beneficioso para el individuo, también lo sea para la empresa y para el país en su conjunto. Esta alineación de objetivos, junto con un adecuado control interno, contribuirá al desarrollo y bienestar general, dijo.

Lecciones desde experiencias de éxito

El Taller contó además con las experiencias de EMSI FARMA SRL., una empresa privada de alta tecnología en automatización y la empresa de software Dofleini SRL. El ingeniero Otto Batista Soler, de DOFLEINI SRL. resaltó que “el equipo lo es todo” para el éxito de su empresa. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

El Taller contó además con las experiencias de EMSI FARMA SRL., una empresa privada de alta tecnología en automatización y la empresa de software Dofleini SRL.

El ingeniero Fernando Suárez Concepción, presidente de EMSI FARMA SRL, compartió que tienen más de 30 proyectos ejecutados de automatización industrial, los cuales forman parte de la cadena de producción de más de 70 medicamentos. Cuentan con soberanía tecnológica en la automatización de reactores químicos y biológicos, liofilizadoras, autoclaves, plantas de tratamiento de agua, unidades manejadoras de aire, entre otros, con un efecto económico de más de 4 millones de euros.

La planificación estratégica es para su organización una premisa esencial, dijo, y ello se traduce en la necesidad de concebir acciones antes de tiempo, análisis del entorno, conocer la competencia, diagnosticar el ambiente interno, sus fortalezas y los riesgos, desarrollar objetivos claros y alcanzables, detectar aliados, definir soporte estratégico (logística, estructuras, procesos), contar con líderes adecuados, valores, motivación, disciplina y creatividad, información, retroalimentación, ajuste y control.

Apuntó que EMSI FARMA es una pequeña empresa autofinanciada, de nueva creación, con una estructura organizacional en formación. A pesar de mostrar resultados económicos positivos en dos años de operación, enfrenta el riesgo de quiebre en todo momento. Su crecimiento depende exclusivamente de los servicios que comercializa, no puede aplicar a créditos en divisas internacionales ni a inversión extranjera, refirió Suárez Concepción.

Ante esos retos, se centran en las alianzas estratégicas como firma de convenios de colaboración con empresas estatales, universidades y otras, el acceso a financiamiento en CUP para I+D, locales, medios de transporte y recursos humanos especializados. Asimismo, en la diversificación de mercados como la transferencia de buenas prácticas de la industria farmacéutica a la industria alimenticia, creación de nuevos servicios, generación de nuevas sinergias, aumento de la cartera de clientes y de las ventas, reducción de riesgos por dependencia de un mismo mercado y la mejora de la imagen de marca.

“Entre las decisiones estratégicas bajo condiciones de alta incertidumbre y riesgo, tiene vital importancia la capacitación nacional e internacional, el papel fundamental de las personas para lograr un cambio, el valor de las alianzas y el poder de la marca”, afirmó.

Con muchos de esos puntos coincidió el ingeniero Otto Batista Soler, quien compartió la experiencia de su pequeña y mediana empresa (pyme) de desarrollo de software, DOFLEINI SRL. Batista Soler resaltó que “el equipo lo es todo” para el éxito de su empresa.

Explicó que es fundamental contar con un equipo de personas motivadas y con autonomía para la toma de decisiones dentro del proyecto. Esto fomenta una mejor comunicación tanto a lo interno del equipo como con los clientes.

Para la gestión de sus proyectos, una de las prácticas más utilizadas por DOFLEINI es la estimación de horas para las distintas tareas. Esto les permite evaluar de manera más efectiva la eficiencia y eficacia de su equipo de trabajo.

Batista Soler también destacó que los equipos especializados por tecnologías han demostrado ser más eficientes que los equipos más generales. Por lo tanto, DOFLEINI procura conformar equipos con perfiles técnicos especializados.

Por último, recalcó que es crucial que la empresa evalúe constantemente sus procesos, aprenda de los resultados, y vuelva a evaluar para aplicar lo aprendido y mejorar continuamente.

Inserción en cadenas de valor globales: La gran apuesta

En un mundo que ha evolucionado hacia la cuarta revolución industrial, caracterizada por el aumento de inversiones en activos intangibles como software, proyectos de I+D, investigaciones de mercado y know-how, Cuba debe replantearse su estrategia de inserción en el ámbito internacional.

Según el Dr. Agustín Lage Dávila, Investigador y Profesor Titular del CIM

, la gran apuesta debe ser la inserción de las empresas cubanas en las cadenas de valor globales, sostuvo en el taller. Hacia ese objetivo deben conducir también las buenas prácticas.

Para lograr esa inserción, Lage Dávila planteó que es necesario entender el cambio de contexto y adaptar la estrategia en consecuencia. Esto implica diagnosticar el verdadero valor negociable de los proyectos, evaluando elementos como patentes, pruebas de concepto, tecnologías productivas y diferenciación. “Más que ofrecer inversiones, se deben proponer negocios, diseñando ventajas para ambas partes”, dijo.

La clave, según el destacado científico, está en la capacidad de gestionar redes de colaboración y cadenas de valor transnacionales, propia del siglo XXI. Esto requiere estudiar el ambiente de negocios, seleccionar organizaciones “blanco” y analizar variantes de acceso, como la negociación directa, el uso de organizaciones de intermediación o la creación de vehículos de propósito especial.

Sin embargo, Lage Dávila identifica ciertos “nudos por cortar” que dificultan este proceso, como la insuficiente dinámica en la creación de nuevas empresas de base tecnológica, las limitaciones en dispositivos de protección financiera, la gestión de las Mipymes estatales y su operación en igualdad de condiciones, y la capacidad de inserción internacional de las empresas.

“Quien no esté pensando en cómo insertar su empresa en el mundo, simplemente no está pensando”, concluyó.

Una clave compartida por AsesorHa, que seguirá potenciando espacios de intercambio y aprendizaje, y planea ya, para el mes de septiembre, un evento especial de encadenamiento empresarial, que permita a las empresas cubanas conectarse con socios internacionales y explorar oportunidades de negocios y colaboración en las cadenas de valor globales.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

4 × 1 =