bancarizacion

Después de una etapa estival pudiéramos decir que, con el inicio de las clases en septiembre, todo vuelve a la normalidad. Pero hay elementos de la vida económica del país que se mantienen y, más allá de un cambio de temporada o de etapa del año, continúan marcando tendencia en la economía doméstica.

A lo que venía aconteciendo se incorporó este verano otro término (concepto o proceso, como queramos llamarle) que ha estado durante todo agosto y septiembre en el colimador de críticos, economistas, no economistas, amigos y enemigos. El proceso de “bancarización” previsto en la resolución 111 del Banco Central de Cuba (BCC).  Un tema aparentemente controversial.

El BCC especifica que con este proceso se trata de incentivar que los pagos de servicios y productos, así como otras operaciones comerciales y financieras, se realicen mediante instrumentos de pago y canales electrónicos preferiblemente, en lugar de utilizar dinero en efectivo. Y subrayo la palabra preferiblemente, porque en la misma resolución se especifica que el efectivo no dejará de utilizarse y los comercios podrán continuar el cobro a clientes por esa vía. El objetivo de la bancarización es minimizar el uso de efectivo.

¿Qué es bancarizar?

La bancarización es un proceso mediante el cual se pretende incrementar el nivel de utilización de los servicios financieros por parte de la población en general, estableciendo una relación a largo plazo. La bancarización contribuye al desarrollo económico de las personas y las naciones. En el ámbito económico, el grado de bancarización expresa la intensidad e incidencia que la red bancaria tiene en la economía y refleja además el grado de progreso del sistema financiero de un país.

Refleja, además, la cultura financiera de los ciudadanos y permite establecer estrategias para relacionarse con los mercados y sistemas de pagos. Por otra parte, permite formalizar todas las operaciones y canalizarlas a través de medios legales que permiten identificar su origen y destino y que el Estado pueda ejercer sus facultades de fiscalización contra evasión tributaria, el lavado de dinero y otros delitos.

La bancarización y el uso de los canales electrónicos es un fenómeno global, que responde al proceso de globalización de las economías y es consecuencia lógica del desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción en el siglo XXI.

Muchas otras aristas del acontecer económico se han mezclado, sin querer o exprofeso, con esta propuesta, creando confusión en las personas.

Una de ellas es, indudablemente, el incremento de la inflación que ha continuado en ascenso para disgusto de todos y beneplácitos de los especuladores, que promueven una ligera baja de la tasa de cambio informal del dólar (como observamos los primeros días de septiembre cuando llegó a cotizarse a 255 cup y el euro a 260), para comprar barato y vender caro cuando casi de inmediato volvió al alza porque, recordemos siempre que el dinero es mercancía, y como tal actúa en el mercado.

Entender los rejuegos económicos, en una economía compleja, convulsa, bloqueada y acorralada como la cubana es siempre difícil. Entre las leyes económicas (que siendo leyes actúan independientemente de nuestras conciencias) la de oferta y demanda ha regulado las transacciones mercantiles a lo largo de los años.

La relación mercancía-precio, más allá de la teoría económica y la conceptualización de Marx, tiene en la especulación financiera un elemento catalizador que la regula[1]. Este salto en la tasa de cambio informal, sin una causa económica que lo justifique, es especulación pura.

Una de los orígenes que más inciden normalmente está relacionado con la demanda, que no debió aumentar mucho en comparación con el primer trimestre del año, donde factores relacionados a la migración tienen menor peso. Por otra parte, la necesidad de recurrir a las importaciones desde los nuevos actores económicos tiene un comportamiento similar, aunque el interés de muchos de ellos por importar y comercializar, y no por producir bienes estará afectando la economía nacional en el largo plazo.

Las variaciones de las tasas de cambio se deben siempre a factores político-económicos internos y externos, donde juega su papel la oferta y la demanda regulada por el precio, pero si decíamos que la demanda se ha comportado similar al primer trimestre del año ¿Quién ha enredado la pita ahora? Pues la oferta. Indudablemente la oferta de moneda libremente convertible en el mercado cubano ha disminuido.

¿Razones? Pocas exportaciones, casi nulo turismo en esta etapa (el índice de ocupación de la planta hotelera se ha comportado por debajo del 35%), lo cual implica que no se produce lo que se necesita para acopiar divisa liquida en nuestras arcas vacías; la compra en el mercado informal por los privados que importan productos para la venta y que a su vez están incrementando los precios de los mismos en CUP; todo lo cual hace que la oferta languidezca y no se aprecie en el mercado.

A ello se suma que las remesas son menores en comparación con años anteriores (en 2019 se recibió un aproximado entre los 2 mil y 3 mil millones de dólares, casi entre el 22 y el 24 % del total de las exportaciones y el 2 % del PIB del país); y este año ese dinero ni siquiera llega a la banca central, se queda en el mercado informal.

Resumiendo, a la ya acumulada escasez de oferta y producción de bienes y servicios, materias primas y materiales, se incrementa la falta de oferta monetaria en el mercado. Todo ello tributa a la inflación y a que se vea como un riesgo el proceso de bancarización.

Y me detengo ahí, porque son muchas las personas que se han asustado, y muchos los que han utilizado este proceso, de buena o de mala fe, para asustar a las personas haciéndoles creer que de golpe y porrazo todas las transacciones económicas se harán mediante canales electrónicos, y no es así ¿Usted se imagina pagándole al viejito que vende cucuruchos de maní en el barrio sin usar efectivo?

Volviendo a la resolución 111 y la bancarización en Cuba: La resolución cubre tres aristas: la primera, los límites máximos de operaciones en 5 mil CUP para los cobros y pagos en efectivo, para personas jurídicas, para instituciones, y viene siendo el dinero que comúnmente se conoce como efectivo en caja chica para pagos menores.

Las personas naturales extraerán efectivo en dependencia de las disponibilidades de efectivo que tengan los cajeros automáticos ¡que los cajeros están sin dinero! Sí, es verdad, y eso responde a otras causales que en próximos comentarios prometo abordar con transparencia.

La segunda arista está relacionada con los depósitos, y regula la normativa que los ingresos recibidos por los actores económicos se deben ver reflejados en sus cuentas al día siguiente de la fecha de recepción, debe depositarlos en el banco 24 horas después de recibido el dinero. Sobre esto muchos actores económicos se han quejado, pero amigo mío, si usted dirige una Mipyme, si usted quiso constituir una empresa y ser empresario, tiene que actuar como empresario y su organización tiene que actuar como empresa. Las empresas no guardan su dinero en cajas de zapatos ni bajo el colchón, lo depositan en sus cuentas bancarias; así que usted, con esta resolución, estaría haciendo lo que hacen todos los empresarios del mundo.

Y la tercera arista está relacionada con la extracción del dinero. Usted puede realizar operaciones de extracción de efectivo superior a los 5 mil pesos cuando los destina a pagar salarios, subsidios y prestaciones de la seguridad social, pensiones, dietas, es decir, usted puede operar y extraer dinero de su cuenta. Lo que se quiere es que el mayor porcentaje de operaciones se haga mediante canales electrónicos.

Como mismo en el decursar de la historia de la humanidad sufrieron transformaciones las formas de pago y se eliminó el trueque por el uso de monedas de oro, plata o cobre; como mismo la moneda de metal dio paso al papel moneda y surgieron instrumentos de pago como pagarés, cheques, bonos al portador, cartas de crédito, etc.; el desarrollo económico determinó otras pautas a seguir en cuanto a las transacciones financieras y sus formas de ejecutarse.

Fueron procesos que duraron años, siglos…. a tal punto que aun hoy tenemos monedas metálicas, y junto al papel moneda se mueven otros instrumentos financieros, algunos con más de tres siglos de vida. Siempre dos, tres y más mecanismos de pago han coexistido en tiempo y lugar, y todos son válidos. Lo mismo sucede ahora con los pagos mediante canales electrónicos, este vivirá por años en armonía con sus parientes mayores.

Decir que se eliminará de golpe y porrazo el efectivo no es lógico, lo que sí está claro que la vida conduce a que los canales electrónicos se usen con más frecuencia. No es lo mismo que te roben la cartera en la guagua con los 6 mil pesos del salario en efectivo y algunos dólares que te mandaron en la remesa, a que te la roben vacía porque todo está en tarjetas magnéticas que usted cancela de inmediato y salva la situación.

Cuántas veces hemos exigido parecernos al mundo, pero cada vez que se hace algo para parecernos, siempre sale un detractor, como seguro aparecerá alguno ahora de mis palabras, pero pongo el parche antes que salga el hueco. Parecernos al mundo no implica ser igual a los demás. Tenemos que utilizar el desarrollo de la ciencia y la técnica en correspondencia con nuestras posibilidades y capacidades. Hay quien dice que nos queremos parecer a China o Europa, en lo absoluto, sencillamente pretendemos estar montados en la cuerda de los requerimientos que los nuevos tiempos imponen.

(Continuará…)

[1] Hace más de 20 años, el doctor Raúl Valdés Vivó en su libro “Especulación financiera contra economía real” nos dejaba entrever las amenazas de este fenómeno en la vida económica y su incidencia en la relación oferta-demanda.

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