Carlos Manuel Torres Cueva, director de la unidad presupuestada de la universidad de L Habana. Unidad Presupuestada de la U/H.3 de julio de 2015.Foto: Agustín Borrego Torres.
El director del Jardín Botánico Nacional, es un excelente comunicador. Aunque El Economista dialogó con él por teléfono, la conversación fluyó espontánea, como brotan las plantas en su institución.
Construir un país con un socialismo próspero y sostenible, depende de la capacidad de gastar, para lo cual hace falta invertir e ingresar. Es lo que tenemos que incentivar.
Todo lo que limite eso, afecta la política del país que, en el escenario actual, tiene un presupuesto deficitario y un proceso inflacionario de impacto. Hay que revertir ambas cosas: generar más ingresos y recoger el circulante.
Las empresas tienen que enfocarse en ingresar, y las unidades presupuestadas en cumplir sus misiones con el óptimo de los recursos.
Siempre que se habla de economía, surge el tema de los registros contables, de la necesidad de fortalecer la contabilidad, que es en definitiva la que facilita herramientas sólidas para la toma de decisiones.
Se adolece de falta de estrategia para el perfeccionamiento de las unidades presupuestadas, para el fortalecimiento de la contabilidad, los Directivos deben ocuparse de los clientes, los ingresos y manejo de cuentas, de los financistas, situación económica, política y social del país, de la innovación y el desarrollo.
El control es función de la dirección, es un medio para lograr objetivos y no lo contrario. El costo más alto en Cuba es el de oportunidad, el costo de lo que dejamos de hacer. Hay que medir a las organizaciones por lo que hacen.
Los ingresos, los gastos y los aportes, son los tres indicadores más importantes de una empresa. Por esos indicadores deberíamos evaluarla. El dueño debe definir con cada una, cuáles serán los estándares de su comportamiento y sus compromisos.
Se precisa premiar a los que tienen un buen desempeño y castigar al que no lo tiene. Las auditorías deben ser para los que incumplen y no para los que hacen. Las organizaciones con mejores desempeños deben tener las mejores condiciones y asignación de recursos, los mejores salarios.
En cuanto a los nuevos actores que han surgido en el sector estatal, hay excelentes ejemplos de emprendimientos en Cuba, que dependen de los liderazgos, y no de los modelos. N o hay emprendimiento sin ambiente que lo favorezca, sin enfoque en la persona, sin tolerancia al error, sin motivaciones.
Los nuevos modelos de gestión que se crean han de desprenderse de viejas prácticas… de ellos mismos, y de los que quedaron con capacidad de controlarlos.
Considero también que hay que fortalecer la administración tributaria, eliminar la sub declaración, generar nuevos modelos de recaudación: empresas, pymes, gestores que ganen en función de lo que recaudan.
Es una necesidad crear nuevos modelos asociativos, no ceder o rentar la propiedad, pues se pierden capacidades de ingresos. El estado está en condiciones de ser socio del sector no estatal y tener participación directa en los resultados además de los impuestos.
La empresa estatal puede establecer una relación con una forma de gestión no estatal, aportar la propiedad, así como otros recursos de los cuales disponga; lo cual lo haría socio mayoritario, propietario de la mayoría de los recursos o medios prácticamente en cualquier tipo de negocio. Esto permitiría, además, generar ingresos para proveedores de mercancías y servicios que pueden ser estatales, o no, asociaciones y otros modelos de gestión.
El Banco, por su parte, debe jugar un papel dinamizador en la economía. Aun es lenta la apertura de cuentas, por ejemplo; no se facilitan créditos para operaciones.
Se hace cada vez más necesario liberalizar las inversiones. El plan debe jugar un papel en las estrategias. Quien tenga capacidad y liquidez para ejecutar inversiones debe poder hacerlo sin restricción ni tipo de compras. Como resultado, mejora el destino del dinero, se potencia la prosperidad y el desarrollo, se perfecciona la contabilidad y los balances centrales del país.
Deben ejercerse políticas sobre los precios, las utilidades y los impuestos. La media de la clase es un indicador que ha inflado innecesariamente los mismos, y ha hecho perder competitividad a la empresa estatal frente al sector no estatal.
En un mercado de ofertas tan restringido, las empresas deben tener regulaciones a nivel de ingresos, utilidades y aportes. Los precios y las utilidades porcentuales, deben tener impacto en los impuestos.
Se hace indispensable estudiar y estimular la bajada de los precios con medidas impositivas.
Nunca tuvimos restricciones de recursos, y amenazas tan severas como hoy, tampoco la enorme oportunidad de superarnos, avanzar y desarrollarnos. Depende de nuestra voluntad de cambio, de nuestra visión y nuestro enfoque en lo fundamental y decisivo. De nuestra capacidad innovadora, del talento en función de lo necesario, de nuestro espíritu emprendedor y nuestro liderazgo –concluyó.
Carlos Manuel tiene mucho que decir, mucho más que lo que el tiempo permite en una reunión o una conversación telefónica, por lo que en la despedida quedó el compromiso de un nuevo encuentro para compartir sus saberes y experiencias con nuestros lectores.