El surgimiento de la Sociedad Económica de Amigos del País (Seap) constituyó una consecuencia de relevantes acontecimientos que ocurrieron en La Habana en la segunda mitad del siglo XVIII, opinó el Doctor Eduardo Torres Cuevas, director de la Oficina del Programa Martiano y presidente de la Sociedad Cultural José Martí.

Aquellos hechos convirtieron a la capital del país en la sede de la Flota española y en el centro del desarrollo comercial, artístico y social del Nuevo Mundo, superior al que tenían Nueva York y Filadelfia, ejemplificó.

Entre ellos enumeró el advenimiento del llamado Despotismo Ilustrado en Europa y en particular en España con Carlos III, la toma de La Habana por los ingleses en 1762, que evidenció las desventajas del monopolio de la Corona española, y la independencia de Inglaterra de las Trece Colonias en 1776 (posteriormente EE.UU.), que crearon un mercado natural para los productos cubanos con puertos cercanos.

También contribuyó el Gobernador designado, primo hermano de Carlos III, ingeniero militar, a quien acompañaron colegas de varios países europeos, y la creación en 1773 del Colegio Seminario de San Carlos y San Ambrosio, que cambió el sistema educativo.

Allí se formaron los cuadros que contribuirían al desarrollo de la Seap, especificó Torres Cuevas en una disertación a teatro lleno en la sede de la institución, que este 9 de enero llega al aniversario 230 de creada.

Iniciativas que sentaron pautas  

De acuerdo con historiadores especializados, otro de sus aportes consistió en la fundación en 1818 de la Cátedra de Economía Política en el Colegio de San Carlos, como sus similares de La Unión y Europa, cuando su primer profesor, Juan J. Vélez, la definió como “el gran arte de cómo se forman, distribuyen y consumen las riquezas”.

Sin embargo, la economía basada en el trabajo esclavo y el monopolio de España impedía el libre cambio capitalista que promovía la Cátedra que, además, enfrentó dificultades como: aumento del esclavismo, el desconocimiento de la tierra y el capital como mercancías y la restauración del absolutismo en 1823, por lo que desapareció en 1824.

La formación de la Sociedad Económica está basada en las ideas renovadoras de la Ilustración y con las primeras manifestaciones de la nacionalidad cubana es la organización no gubernamental sin fines de lucro más antigua de la nación.

Sus objetivos estuvieron encaminados a fomentar el desarrollo económico del país y contribuir a resolver colectivamente sus problemas, en particular, los químicos vinculados a la producción de caña y azúcar.

En la práctica, los creadores hablaban varios idiomas, utilizaban el método científico para analizar la realidad, visitaban otras regiones para conocer los últimos adelantos y hacían experimentos, se valían de la ciencia para influir en la conciencia y generar patriotismo.

Una síntesis de su accionar durante los siglos XVIII y XIX demostró aportes a la economía y la sociedad cubanas, promovió el despliegue de la industria azucarera, la construcción del ferrocarril en la temprana fecha de 1837 y asumió la dirección del Papel Periódico, el primero editado en la Isla.

Fundó la primera cátedra de química y la de economía política, la Academia de Pintura y la de Música, la primera biblioteca pública, numerosas escuelas públicas y en 1831 vio la luz la Revista Bimestre Cubana, su órgano oficial.

De 1902 a 1958, priorizó el auge de las ciencias sociales y la cultura, continuó su apoyo a las escuelas públicas e incrementó los fondos y la prestación de servicios de su biblioteca, solo superada por la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí.

Con el triunfo de la Revolución en 1959, reafirmó su lema de siempre: “Pro Patria”, inscrito en su sello fundador desde el siglo XVIII y a partir de 1994 aumentó sus proyecciones socio-económicas, en la educación, la cultura, las ciencias técnicas y el medio ambiente. Fuente: MEP/Cubadebate.

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