Entre los profesionales que han quedado activos, a pesar del aislamiento que nos impone la actual situación de pandemia, se encuentran los Contadores. Esos colegas con los que compartimos diariamente el horario de almuerzo o merienda, las reuniones, las acciones de superación o las festividades; a quienes vemos siempre tan complicados, sobre todo los primeros y últimos días de cada mes, sin detenernos a valorar cuánto nos favorece su trabajo.
Para comprender qué hace imprescindible su presencia, y dadas las actuales circunstancias, conversamos por teléfono con Marlene Arrúe Paisan, vicepresidenta de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba, quien nos comenta que la función del contador, cualquiera que sea la actividad de su organización, es el registro de los hechos económicos y el control de sus recursos.
Esos registros —explica la mujer sencilla de sonrisa amplia y observaciones certeras con quien tengo el privilegio de trabajar—, deben realizarse con puntualidad, de manera que se puedan elaborar a tiempo los informes económicos, las nóminas, se cumplan las obligaciones fiscales y, además, se provea a las administraciones de información oportuna para la toma de decisiones.
¡Casi nada! Pienso mientras la escucho y acuden a mi mente las orientaciones de la dirección del país para el aislamiento social insistiendo, al mismo tiempo, en que nadie puede quedar desamparado, en ofrecer garantías para la satisfacción de las necesidades básicas de las personas… su voz interrumpe mis pensamientos con una frase que se me antoja una sentencia:
El escenario actual, con los efectos y consecuencias de la pandemia, tiene un grupo de elementos que impiden la desmovilización de los Contadores, pues cuando se confrontan escaseces se requieren mejores análisis para mantener la gestión de la entidad. Además, se precisa ofrecer datos y soluciones para la modificación de planes, registrar y controlar adecuadamente la cooperación entre entidades, tanto en recursos materiales como humanos.
El Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en reunión sostenida con la dirección nacional de la ANEC el pasado 16 de diciembre, reiteró la necesidad de que todos sus integrantes apoyaran con sus saberes y experiencias la batalla económica que libra la nación, y solicitó análisis precisos sobre lo que impide el perfeccionamiento de la empresa estatal, de los proyectos de desarrollo local. Hoy, el reclamo a toda la nación es reflexionar sobre las experiencias que nos deja el enfrentamiento a la Covid-19, Arrúe Paisan nos comenta sobre las referentes a la economía.
En primer lugar, aprecio el Control del Estado a través del Ministerio de Finanzas y Precios sobre la política de precios de bienes y servicios en las relaciones de cooperación entre los distintos actores de la economía.
También destacan por su importancia las indicaciones para el uso eficiente de la fuerza de trabajo, con la incitación a la aplicación de mecanismos ya establecidos, pero no puestos en práctica, como el pluriempleo o el teletrabajo; la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), que repercuten en el ahorro de recursos y la elevación de la productividad, como el uso del teléfono para hacer entrevistas —hace una pausa antes de continuar, y escucho su risa contagiosa, mientras imagino su mirada cómplice al aludir a nuestra conversación.
En sentido general —observa—, se ha creado un clima de hacer más con menos, de evaluación constante, que permitirá, no solo mitigar los efectos ya visibles de la Pandemia, sino seguir avanzando en el cumplimiento de los Lineamientos para asegurar el desarrollo del país.
Pero amén de las experiencias saludables que se observan en la situación actual, también hay problemas, insuficiencias y vulnerabilidades sobre las cuales la dirección del país hace un llamado —le comento, y reitero—, hay resultados negativos, incluso nocivos en la búsqueda de soluciones a los problemas que se presentan.
En medio de este proceso —baja el tono de voz, como un maestro cuando reclama la atención de los estudiantes, y reconozco la forma en que explica detalles de forma concluyente cuando en la rutina del trabajo alguien pregunta cómo resolver una situación creada luego de un error—, salen a la luz un conjunto de problemas cuyas soluciones se tornan difíciles en estas circunstancias, como la distribución de los abastecimientos, que involucra la logística y el desempeño del Comercio Interior, y aunque reconocemos que antes ya se estaban tomando medidas, hay mucho que hacer para lograr mayor eficiencia en este sector.
Se evidencia también —dice concluyente—, cuánto nos falta en el control de los recursos para evitar su apropiación por especuladores y delincuentes.
Le agradezco el tiempo invertido y ofrezco disculpas por lo inusual del horario. No se despide, antes de interrumpir la comunicación dice como para sí misma:
Es mucho el esfuerzo que se está realizando en el país, encabezado por las máximas figuras del Gobierno y el Partido a cada nivel, y ese esfuerzo no se puede ver empañado, no puede una institución desmovilizar sus equipos de Contadores y permitir con ello el descontrol y el pretexto para el desorden.