Fue durante una entrevista televisiva que se difundió durante los últimos días en la que el entrevistador le pregunta acerca de qué hacer ante los riesgos que puede traer el rápido desarrollo de la inteligencia artificial.
Geoffrey Hinton es un científico computacional nacido en 1947, considerado uno de los pioneros y principales referentes en inteligencia artificial, sobre todo en redes neuronales y aprendizaje profundo. En 2024, recibió el Premio Nobel de Física junto a John Hopfield por sus contribuciones a las redes neuronales artificiales, que sentaron las bases para los grandes modelos de lenguaje actuales. También ganó el premio Touring en 2018.
Tras desempeñarse como investigador en Google desde 2013, en 2023 renunció declarando públicamente que lo hacía para poder hablar abiertamente sobre los riesgos de la IA si no se establecían ciertos controles.
Crítico desde ese entonces sobre los peligros que puede traer el acelerado avance de la inteligencia artificial y de su concentración en pocas corporaciones, durante los últimos días apareció nuevamente en los dispositivos y computadoras del mundo a raíz de una entrevista televisiva (probablemente para el programa CBS Mornings).
Allí el periodista le plantea y luego pregunta:
– Esa ganancia de productividad (generada por la IA) podría no estar distribuida equitativamente entre los ciudadanos y podría simplemente acumularse nuevamente en unos cuantos propietarios, unos pocos millonarios en la cima. ¿Cómo nos aseguramos de que estas ganancias se distribuyan adecuadamente y salgamos de esta terrible crisis del estancamiento del nivel de vida?
- Socialismo
- ¿Así de simple? ¿Un liderazgo socialista?
- Yeap…
- Ok.
Tras la respuesta de Hinton el periodista casi instantáneamente agacha y sacude su cabeza, pasando a otro tema. La respuesta nada menos que de una personalidad como Hinton había sido tan simple como contundente y radical.
Su punto de vista aporta al debate sobre los riesgos del desarrollo de la inteligencia artificial y la tecnología en general, proponiendo un plano de análisis que no siempre está presente. Son comunes los cuestionamientos a la IA, incluído el propio Hinton, por la posibilidad de que éstas desarrollen sus propios códigos y puedan avanzar hacia niveles de autonomía, pero son menos las veces que se pone en cuestión qué clase social tendrá en sus manos el manejo y control de esa tecnología, tanto para garantizar su seguridad como para establecer una distribución de los beneficios que genere.
Si bien Hinton no explicita lo que considera como «Socialismo», es notable que a medida que avanzan estas tecnologías, las críticas se profundicen hasta el nivel del cuestionamiento por el propio sistema social en el que se desarrollan.
Durante una entrevista a The Guardian en mayo de 2023, Hinton también había manifestado que «los medios de comunicación y los medios de computación no deberían ser de propiedad privada», señalando que las empresas poderosas en última instancia están subordinadas a los intereses de sus dueños.
Lo cierto es que ya sea con los humanos logrando mantener bajo control a la IA o perdiéndolo, mientras sea dentro del sistema capitalista, estos avances tecnológicos seguirán siendo utilizados para que unos pocos se enriquezcan a costa de «la crisis del nivel de vida» (como señaló el entrevistador) de las mayorías trabajadoras.
Un sistema socialista es uno en el cual los grandes medios de producción con sus más avanzadas tecnologías están bajo control de las mayorías que hacen funcionar el mundo con su trabajo. En una organización social de ese tipo, la utilización y desarrollo de tecnologías como la IA sólo pueden ir en función del beneficio de la mayoría productora, y no de una pequeña «elite», como son actualmente los dueños y Ceo’s de las grandes tecnológicas, y corporaciones y empresas de bienes y servicios.
¿Qué pasaría si las decisiones más importantes no se tomaran en Wall Street o Sillicon Valley sino en asambleas comunitarias? Una forma de organizar la economía en la cual las mayorías tomen las decisiones en lugar de un puñado de empresarios y burócratas es posible. Y con la crisis del capitalismo, esa perspectiva aparece incluso en boca de personalidades que fueron fundamentales para el desarrollo actual de lo más avanzado de la tecnología. Es decir, una economía que esté en manos de quienes producen y no de quienes se apropian parasitariamente de lo producido.