Dra. Silvia Odriozola Guitart, Decana de la Facultad de Economía, Universidad de La Habana
La economía es un sistema que tiene leyes propias, y se hace necesario incorporar y reforzar la concepción de integralidad en las transformaciones que nos proponemos, porque los problemas económicos son manifestaciones concretas de relaciones que se establecen entre sujetos que intervienen en los procesos de producción, distribución, cambio y consumo. No reconocerlo conlleva a actuar de forma fragmentada e impide la superación de los problemas y la transformación de las relaciones de producción, que existen objetivamente bajo determinadas condiciones económicas (sean legales o no).
Se precisa una secuencia y el establecimiento de una ruta crítica que permita identificar las medidas de corto, mediano y largo plazo, enfrentando la coyuntura con enfoque estratégico. Es imprescindible, también, tener sentido de la urgencia en aquellas transformaciones que es posible, y necesario, acometer de inmediato.
A diferencia de lo que ocurre en otras funciones laborales, que son ejercidas por profesionales del sector, en la actividad económica intervienen personas que no están formadas en las ciencias económicas y eso, a la larga, determina insuficiencias en la gestión.
Se subestima la formación profesional en las áreas económicas; hay personas en puestos clave del sistema económico, desde la empresa hasta funcionarios públicos en entidades económicas, que no tienen formación en este campo, y ello conlleva a cometer errores, al no poseer habilidades propias de la profesión.
Muchos jóvenes recién graduados son ubicados en entidades que no aprovechan las potencialidades, conocimientos y habilidades que recibieron durante la carrera. Eso genera desmotivación y, en consecuencia, migración hacia otro sector o al exterior.
Consecuentemente con esta realidad, es muy importante fortalecer los procesos de capacitación, pero no solo desde la perspectiva de los cursos formales que se imparten, sino a través de métodos más modernos y participativos que fomenten la construcción colectiva como talleres de discusión y análisis de problemáticas, búsqueda de soluciones conjuntas, etc. Asimismo, se impone la necesidad de generar un proceso de acompañamiento a los actores que deben implementar las medidas tomadas para aumentar su impacto y eficacia.
Se propone realizar un ejercicio que contraste la identificación de las trabas que realizaron los organismos, teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos se identificaron más trabas externas que internas. Ello podría contribuir a delimitar cuántas son reales en función de su eliminación, y cuántas son percepciones que se basan en malas prácticas y no necesariamente en cuestiones que están legisladas.
Ante la pluralidad creciente de actores económicos, se debe fomentar el concepto de responsabilidad social empresarial, tanto para las entidades estatales, como para las no estatales, generando condiciones y creando incentivos para que estos participen en proyectos de desarrollo local y comunitario.
Hoy no existen los mecanismos para que las empresas puedan contribuir a objetivos de desarrollo social de manera directa. Todo se realiza a través de la contribución territorial pero no queda transparentado a qué objetivos y proyectos tributa directamente. Se pueden generar disímiles herramientas para que el sector empresarial (estatal y no estatal) contribuya directamente con fondos para objetivos sociales de la comunidad, nuevos emprendimientos, etc. Existen múltiples instrumentos en la práctica internacional.
Acelerar el proceso de identificación de personas, grupos, hogares y comunidades vulnerables, no solo para atender dichas vulnerabilidades, sino para transformar las condiciones de partida que las generan. Superar el enfoque asistencialista, creando capacidades económicas en dichos sujetos. Existen numerosas prácticas internacionales que tributan a este objetivo y pueden contribuir a la ampliación de fondos y mecanismos de financiamiento.
En el caso de la actividad presupuestada y los altos montos que se destinan a varias actividades y/o instituciones, se deben flexibilizar los mecanismos y regulaciones para que puedan reducir gastos y generar ingresos, a través de:
- Estudiar qué unidades presupuestadas (UP) con tratamiento especial pueden pasar a empresas.
- Revisar las plantillas laborales de las UP, pues en ocasiones es más alto el número de trabajadores en actividades de apoyo que en la actividad principal.
- Terciarizar servicios de apoyo (alimentación, transporte, entre otros), que hoy corren a cargo del presupuesto del Estado en entidades de la administración pública y servicios sociales.
- Revisar las estructuras y plantillas de la administración pública.
- Identificar asociaciones y organizaciones que hoy dependen casi en su totalidad de los ingresos provenientes del presupuesto y que podrían tener diversos modelos de negocios para autofinanciarse.
- Ampliar las alternativas de financiamiento en actividades como la cultura y el deporte (especialmente a nivel comunitario) con la creación de fondos mixtos en los que participen todos los actores (presupuesto central y local, empresas estatales, cooperativas, MPYMES, TCP, remesas, colaboración internacional, personas naturales y jurídicas que actúen como donantes…).
Con el objetivo de incrementar los niveles de ofertas del país se debe:
- Extender la política de flexibilización de la importación de bienes básicos a la paquetería, empleando para su transportación, al sector no estatal que se dedica a la mensajería. Asimismo, este puede ser un aliado importante en el sistema de entregas de Tu Envío, para ampliar las oportunidades de acceso y reducir los tiempos.
- Ampliar los mecanismos para captar y canalizar remesas teniendo en cuenta que estas han demostrado que, a pesar de las restricciones, se mantienen como una fuente importante de ingresos desde el exterior. Para ello se podría:
- permitir que otras compañías cubanas que no están en el listado de prohibición de la OFAC gestionen remesas;
- incrementar productos y servicios que se puedan comercializar a través del saldo de ETECSA, desde pagar la electricidad hasta nutrir una tarjeta en MLC;
- evaluar la creación de empresas offshore para la captación de remesas a partir de terceros países.
- Repensar la estrategia de inversión en el turismo y redirigir recursos hacia otros sectores como la producción de alimentos, la reactivación de la industria nacional, energía renovable; lo que permitirá incrementar la oferta de bienes y servicios básicos, ahorrar recursos de importación en alimentos y combustibles y, a la larga, tributar también a una mayor eficiencia y competitividad del propio sector turístico al aprovechar los insumos de producción nacional.
Acelerar la implementación de las propuestas que se han realizado para reactivar la gastronomía y el comercio a partir de la creación de alianzas público-privadas.