Inicié este bosquejo por la economía cubana cuando han transcurrido ya más de ocho meses compartiendo sobre diferentes aristas o sectores que tributan a la economía nacional, y repercuten directamente en la renta doméstica. Continuando por esa línea, sin tener una bola de cristal, trataré de predecir qué nos deparará el cierre del año, recomienzo por la agricultura.

Agricultura que no produce alimentos.

Un sector necesario para enrumbar la economía cubana es la agricultura por lo estratégico para la alimentación de la población. Sin embargo, al cierre de junio de este año, se informaba que se incumplieron la mayoría de las producciones agropecuarias por el déficit de fertilizantes, plaguicidas, fungicidas, combustibles y alimento animal, como principales causas.

Se destacan los incumplimientos en productos básicos como el huevo, la carne y la leche. Alexis Rodríguez Pérez, director general de Economía y Desarrollo Agropecuario del Ministerio de Agricultura, decía en la pasada sesión de la Asamblea Nacional lo siguiente:

“En las producciones pecuarias, los índices de producción de carne bovina y equina han estado afectados por el deficiente trabajo organizativo entre las empresas y el cárnico para la contratación de los productores, la insuficiencia en la transportación de los animales al matadero por falta de combustible, el bajo peso de los animales sacrificados por déficit en la alimentación y la sequía en algunos territorios. De un plan acumulado de 20 400 toneladas de esta carne, se produjeron solo 15 200 toneladas.”

“En la carne de cerdo se evidencia un decrecimiento en 1 800 toneladas a igual periodo del año 2023. De un plan acumulado de 11 300 toneladas, se produjeron solo 3 800 en el período analizado. En el caso del huevo, la situación es similar. Se produjeron 231 millones 900 mil unidades, 94 millones de unidades menos que el plan previsto. Otros productos también marcan la tendencia a la baja con respecto al plan: el frijol, el tabaco agrícola, la leche, el café, el cacao y la miel.”

El sector agrícola está subexplotado, por lo que Cuba actualmente importa alrededor del 80 % de sus necesidades de alimentos. Alrededor del 20 % de la fuerza de trabajo, es decir, cerca de 940 000 trabajadores, está empleado en el sector agrícola. Todo ello en un sector que continúa con muy bajos niveles de inversión.

Si se separan las producciones por sectores; el sector privado de la agricultura, las Cooperativas de Créditos y Servicios y las Cooperativas de Producción Agropecuarias, producen hoy el 86,5 % de los frutales, el 83,8 % del frijol, el 78.9 % de las hortalizas, el 82.1 % de las viandas y el 44.5 % del arroz que se cosecha en el país, todo ello con solo el 20.7 % de la superficie agrícola. El mayor por ciento de las tierras, el 79.3 %, está en manos de las empresas estatales y ahí entra la principal distorsión en este sector.

Las entidades que tienen mayor superficie agrícola no producen. Si queremos una transformación real en este sector debemos variar esa relación y hacer que los que más tierras tienen sean los que más aporten.

Por otro lado, persiste el problema de los impagos, no solo en moneda nacional desde la empresa de Acopio a los productores, sino hasta las exportaciones. Un tema tratado con fuerza por los productores que durante 2022 exportaron producciones de mango, aguacate, ají, es que se les pague en divisa el resultado de sus exportaciones, lo que no se ha logrado, por lo que en 2023 y lo que va de 2024 esas exportaciones han sido casi nulas por la desmotivación de los campesinos.

Lo evidente es que, si la agricultura no acaba de resolver el aumento de la producción agrícola, al menos en los productos esenciales en la dieta familiar cubana, es muy difícil que se logren resultados positivos en la estabilización macroeconómica que se persigue como objetivo central de la economía.

Café sin azúcar

Algo relacionado con la agricultura es la zafra azucarera, ya que uno de los problemas fundamentales es la falta de caña para la industria, y cada vez decrece más debido a disimiles factores: los recursos que no llegan a tiempo y la desmotivación de los agricultores, entre ellos; porque es justo reconocer que el precio de la caña se ha subido en varias ocasiones, pero aún resulta insuficiente.

Según directivos del grupo empresarial Azcuba, a los factores ya conocidos de los retrasos en las inversiones, la falta de piezas y repuesto, entre otras carencias, se le suma “la poca disponibilidad de lubricantes, combustibles y otros insumos. La mayoría de las empresas agroindustriales incumplieron su plan de producción, mezclándose problemas subjetivos con limitaciones reales de carencias, lo cual revela indisciplinas y falta de exigencia de presidentes de cooperativas y jefes de áreas en la industria”.

Todo ello nos condujo a la recién finalizada Zafra 2023-2024, la más mala en los últimos 100 años. A ello se suma que las dos empresas azucareras de la provincia Artemisa, por poner un ejemplo de antiguo emporio cañero-azucarero, el complejo 30 de noviembre y el Hamlet, operan con pérdidas en su gestión contable financiera, lo cual reduce sus posibilidades de invertir, desarrollar la industria, y atender al capital humano que labora en el sector, uno de los que perciben más bajos salarios hoy.

Julio García Pérez, presidente de Azcuba, se refirió también a la fluctuación de la fuerza de trabajo como uno de los elementos distintivos de los últimos años en el sector. El directivo señaló entre los principales motivos de la migración, la búsqueda de oportunidades laborales de mayor remuneración y la demanda de fuerza de trabajo calificada por parte de los nuevos actores económicos.

La producción industrial

Otro sector en retroceso es el sector industrial, sector primario de la economía. Sin desarrollo industrial no es posible el desarrollo económico de una nación.

Cuando se estudia el desarrollo económico de cualquier país el resorte que eleva la economía es la industria, y el desarrollo que se alcance en ella. Recordemos que el capitalismo comenzó por una revolución industrial y el socialismo inició en Rusia por el papel de los obreros industriales desde las fábricas.

Cuando se analiza la producción industrial del país, se concluye que es un sector en franco deterioro, con grandes obsolescencias tecnológicas y muy distante de su potencial técnico. Así vemos que el índice del volumen físico de la industria continúa retrocediendo cada año. Nada muestra que en el primer semestre del 2024 esos indicadores hayan mejorado, todo lo contrario.

En resumen, la industria cubana no se recupera, pero, sobre todo, un grupo de esas empresas industriales figuran entre las 340 con pérdidas al cierre del primer semestre del 2024, donde 67 de ellas están en el sector agropecuario, 45 azucareras y 11 de la industria alimentaria.

Dentro de este sector industrial destaca de forma negativa la industria de materiales para la construcción, donde decrece la producción de cemento y de áridos. Este decrecimiento en el cemento condiciona que el resto de los materiales de construcción que son derivados de él  también decrezcan, ya sean los elementos de pared como bloques y ladrillos, las losas y los distintos tipos de elementos de piso, por lo que disminuye también la inversión en la vivienda. Se construyen menos viviendas.

El sector industrial, cualquier que sea su tipo, requiere de una inyección de capital, nacional o foráneo, que pueda revitalizarlo y comience a aportar al desarrollo económico del país. La única apuesta no puede ser al turismo.

El turismo, es o no la locomotora

En el sector de los servicios, el turismo está dado a ser la locomotora de la economía cubana.

El país recibió hasta mayo (fecha en que cierra la temporada alta) 1 millón 174 mil 888 visitantes internacionales, según informe de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), que colocó a Canadá, la comunidad cubana en el exterior, Estados Unidos, la Federación Rusa e Inglaterra, como los principales emisores al país.

Esta cifra es el 102.7 % comparada con igual periodo de 2023, unos 30 mil 900 turistas más. Con estos números no se lograría llegar a los 3 millones en el año; lo que condiciona que no se reciban los ingresos previstos por esta actividad ni se logren pagar las inversiones hechas en el sector, hacia el cual se han concentrado en los últimos 10 años el mayor monto de inversiones.

Hay otros elementos que tributan a la actual situación, como la ausencia aun de una ley de empresas, el poco nivel de las exportaciones de bienes, la tasa de cambio que no se corresponde con la realidad económica y la que funciona es la informal contra las dos oficiales.


Para su acervo económico

En este proceso de aprendizaje les quiero comentar sobre otro término muy usado para medir el desarrollo económico de un país, pero que muy pocos sabemos de dónde sale. Me refiero al Producto Interno Bruto, el conocido PIB.

El Producto Interno Bruto es el valor total de la producción corriente de bienes y servicios finales dentro del territorio nacional durante un período de tiempo que, generalmente, es un año.

La cifra del PIB engloba la producción corriente de bienes finales valorada a precios de mercado. Cuando se habla de bienes finales se entiende que no pueden ser contabilizados los consumos o las materias primas y que se consideran los productos finales. Es decir, todos los productos, ya sean bienes o servicios, que se producen y se venden. El valor final de esa venta.

Existen dos formas para hacer la contabilidad del PIB: La primera, es por el producto, contabilizando solamente el precio de los bienes finales de todos los sectores y sumándolos. La segunda, es llegar por medio del valor agregado de todos los sectores involucrados en la producción del bien, que consiste en sumar el valor agregado que representa la producción de cada etapa del proceso productivo.

El PIB puede considerarse entonces como: la suma de todas las compras finales en la economía o la suma del valor agregado de todas las empresas en la economía que es equivalente a todos los ingresos de factores de producción, “capital y trabajo”.

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