En cualquier economía o sistema social, los cambios producen rechazo como primera reacción, acrecentada esta resistencia cuando los cambios se producen de forma continua, a alta velocidad y sin embargo usted aprecia que ni unos ni otros logran la transformación esperada. Eso es complejo para cualquier economía, más para una economía sitiada, bloqueada y descapitalizada como la nuestra.
Luego de que en 1993 se dieran los primeros pasos hacia la apertura al sector privado con la aprobación del trabajo por cuenta propia, la inversión extranjera y otras medidas que permitieron entonces la salida de la recesión económica provocada durante el período especial; en 2021 se reinició el proceso con el reconocimiento de la micro, pequeña, y mediana empresa privada, que amplió el diapasón que integraban solamente los trabajadores por cuenta propia y las cooperativas.
Desde entonces, muchos han sido los cambios que, como parte del ejercicio de inclusión del sector privado en la economía, se han dado. Resoluciones, normas jurídicas, el “se puede” o “no se puede”… de todo hemos visto en el intento por ordenar la economía en medio del acoso externo y la falta de financiamiento para sostener la economía nacional desde el sector estatal.
En un inicio hubo prohibiciones al sector estatal de negociar con el privado, interpretaciones erradas de las normas por funcionarios ministeriales o de grupos empresariales, acuerdos de ministerios y entidades gubernamentales o empresariales iban contra lo establecido en una Ley, Decreto Ley o Decreto. De súbito se ha ido al otro extremo, a decirle a la empresa estatal “ve al privado a buscar insumos”, en una carrera frenética por cambiar, pero a la vez regular; un experimento que produce conejillos de indias, mata conejillos de india, vuelve a reproducir conejillos y no acaba de, como decimos en buen cubano, ponerse el huevo. Eso es contraproducente en economía, si de políticas económicas hablamos.
Entre los cambios más recientes y que acaparan el interés de la población está lo referido a las limitaciones para el ejercicio de actividades no autorizadas al sector privado de la economía.
Es justo reconocer que es potestad de un Estado regular las actividades que se pueden o no desarrollar en el país por cualquier sector de la economía. Por lo tanto el Decreto 107 de 2024 del Consejo de Ministros, publicado en Gaceta Oficial, tiene carácter legal y de obligatorio cumplimiento en todo el territorio nacional.
Este Decreto tiene por objeto regular las actividades NO AUTORIZADAS a ejercerse por las micro, pequeñas y medianas empresas privadas, las cooperativas no agropecuarias, y los trabajadores por cuenta propia. Sin embargo, no es de aplicación a las micro, pequeñas y medianas empresas estatales, ni a las de las organizaciones políticas, de masas y sociales.
Es decir, va dirigido esencialmente al sector privado de la economía, en pleno ejercicio del derecho del Estado cubano a regular las actividades que con carácter económico, de producción de bienes y servicios se desarrollan en el país.
Queda claro que toda otra actividad no regulada y limitada por este Decreto 107 se puede realizar; por supuesto, el listado no incluye actividades ilícitas prohibidas expresamente en la legislación vigente, las que en ningún caso pueden ejercerse. Hay que verlo también como una forma de incentivar la iniciativa emprendedora, si usted decide realizar una actividad que no está aquí, y sí está en el Clasificador Nacional de Actividades Económicas, usted puede realizarla con total apego a la ley, este decreto regula el no se puede. Entonces todo lo que no esté aquí limitado, sí se puede.
Teniendo claro este primer aspecto, les propongo adentrarnos en los no se puede. Este Decreto 107 emitido por el Consejo de Ministro se divide en varias secciones.
El sector primario de la economía
La primera sección se vincula a una actividad primaria de la economía, en ella se prohíben actividades relacionadas a la silvicultura, la caza con fines comerciales, pesca de especies en peligro de extinción y la tala de madera excepto para la producción de carbón y leña. La sección “B”, por su parte, se refiere a la explotación de yacimientos minerales. Estas dos primeras secciones mantienen las regulaciones existentes hasta la fecha, no se incorpora nada nuevo y persiguen como objetivo esencial la protección de la flora, la fauna y los yacimientos minerales.
La sección “C” se dirige a la industria manufacturera y aquí hago un paréntesis. El desarrollo local y el desarrollo, de forma general, de un país comienza por su pequeña industria manufacturera, la manufactura da empleo, procesa productos en la microeconomía que, a gran escala, representarían una pérdida para el monopolio estatal.
En esta sección se concentran limitaciones en actividades vinculadas con el petróleo, el azúcar, las sustancias químicas, la pólvora, los productos farmacéuticos, la fabricación de metales, equipos médicos, vehículos automotores y otras regulaciones vinculadas al tabaco, el azúcar, las aguas minerales y la imprenta.
Se regulan y prohíben muchas actividades en esta sección de la industria manufacturera que deberían tener en un futuro no muy lejano una revisión. Está claro que hay pequeñas actividades que el Estado desde su monopolio (y me refiero a monopolio estatal en el término económico), no pueden asumir en toda su magnitud por las limitaciones que existen desde el punto de vista financiero y por el propio bloqueo impuesto al país, pero que desde el emprendimiento se pueden hacer.
Capacidad intelectual instalada tienen los cubanos para asumir emprendimientos de este tipo que resolverían problemas que el Estado no puede solventar en este momento. Me refiero a actividades como la elaboración de calzado ortopédico deficitario en la producción estatal nacional.
En cuanto al tema de la impresión, para nadie es un secreto que nuestros escritores publican más en el extranjero que en Cuba porque no hay capacidad para asumir la impresión de libros, incluso de libros y artículos científicos, y esta ha sido a lo largo de la historia una de las actividades de la industria manufacturera primarias, incluso que responden a intereses locales, lo que sí es una realidad es que el Estado hoy no puede imprimir libros, hacerlo desde el sector privado sería una solución.
Las Ferias del Libro en Cuba estarían agradecidas (y el pueblo) de poder disponer de mayor cantidad de bibliografía nacional, incluso de poder reeditar clásicos infantiles y juveniles que mi generación disfrutó pero que, por un problema de financiamiento y recursos litográficos, hoy la nueva generación no tiene a su alcance. El problema a resolver sería la aprobación de qué se edita y publica, no la impresión y comercialización; y para eso existen órganos responsables, y responsabilizados, desde la administración central del estado.
Servicios monopolios del Estado
Las secciones “C” Y “D” regulan actividades vinculadas con el suministro de electricidad, gas, agua, residuales y descontaminación. Estas son actividades que les corresponden al Estado, forman parte de su obligación social, el emergente sector privado de la economía lo recibe como servicios de monopolios naturales que el Estado debe mantener sobre estas actividades.
Después de mirar las primeras regulaciones no hay mucho en lo que la población, y los posibles emprendedores, puedan tener dudas. En el caso de la industria manufacturera, sencillamente di mi modesta opinión al ser este un sector muy desfavorecido en la actualidad económica cubana y desde el que se requieren mayores actividades productivas que den vida a los territorios. Asumir los cambios es importante en una economía que requiere transformaciones constantes para asegurar la supervivencia.
Intentar buscar detalles que permitan entender a plenitud las regulaciones a estas actividades es complejo. Cada emprendedor se centra en su objetivo específico y en la actividad que realiza. Abarcar mucho no es bueno cuando se inicia un negocio, hay que ir por pasos y estas regulaciones definen, por un lado, lo que el Estado considera que debe controlar por determinados intereses y prioridades; y por otro, permite concentrar los intereses del nuevo emprendedor en las actividades que están aprobadas y que son bastantes.
Esto forma parte del proceso de aprendizaje que debemos tener todos.
(Continuará…)