Yo nací en esta finca y hasta los once años viví con mis abuelos, el agua siempre fue el fruto de la discordia, cualquier detalle creaba crisis, una vez se quemó la casa y todo el batey por falta de agua para apagar el fuego inicial…las fotos finales son de un pequeño tanque que había en la cocina de 70 litros.
Siempre hubo un mozo para halar agua, el manantial del pozo es de poco caudal y el diámetro de 2 pulgadas, no tenía como acumular por falta de depósito, es la causa de que alguien estuviese a cargo de mantener el tanque de 70 litros lleno. Al abuelo le decían que si le daba más profundidad al pozo, el manantial se iba por las grietas de las rocas…el manto de rocas aquí está unos 80 grados de inclinación.
La primera de las metas en mi mente estaba la cuestión del agua para luego poder proyectar otros pasos…A la hora del baño era por cola porque el pozo daba dos cubos de agua y se achicaba media hora.
Hoy tenemos en la parte más alta de la finca 140 mil litros de agua acumulada que puede ir por gravedad a cualquier parte de la misma. Dos mil veces más de lo máximo que podían tener mis abuelos aparte de 54 millones en el embalse, y por si fuera poco, todo el movimiento del agua lo hacen molinos de viento, arietes hidráulicos o el sol.
Un sistema sostenible de finca no es solo humus, compost o técnicas agroecológicas. Es mucho más importante crear confort de vida, seguridad ante ciclones, sequías, intensas lluvias. Creo que por estas acciones y otras más como estas nuestra familia no decidió emigrar ni siquiera al pueblo.
Las 250 mil nuevas fincas que propongo para tener un día seguridad alimentaria, son bajo estos principios de pasión por el campo, familias que traigan al momento actual lo bueno tradicional que funcionó más todo lo aprendido de la globalización de la información y que la sociedad, en masa, apoye un campo guajiro próspero, feliz y sostenible…Otro gallo cantaría, de eso sí estoy seguro…saludos amigos amantes de los pequeños agricultores.
Fuente: https://www.facebook.com/FincaDelMedio