Para gestionar la comunicación en la empresa, no basta con tener una persona, área o departamento realizando esa función; es imprescindible lograr una alianza entre todos los directivos para identificar los problemas, y resolverlos, con la participación de los trabajadores.

En los pasillos de la empresa, en una reunión o un evento, suele escucharse a los profesionales de la comunicación institucional hablar de la incomprensión del resto de los directivos con su trabajo. “No somos tenidos en cuenta, nos utilizan como un medio de prensa sin serlo, un organizador de actividades o un coordinador para que la empresa se vea en el vidrio y, alguna que otra vez, nos consultan sobre los pasos a dar para resolver una crisis”.

Estatal o privada, productora de bienes o de servicios; lo cierto es que en la empresa cada persona tiene roles y funciones bien determinadas; las áreas o departamentos se relacionan entre ellos y con su aporte contribuyen al cumplimiento de los objetivos, el objeto social, los planes económicos, en resumen… conocen su trabajo y lo hacen bien.

El comunicador, por su parte, usa las herramientas aprendidas en la academia, en cursos de capacitación o de manera empírica; elabora o contrata los servicios de especialistas para diseñar, desde la ciencia y cumpliendo con todos los estándares, el Sistema Estratégico de Gestión de la Comunicación siguiendo cada paso: diagnóstico, planificación, ejecución e incluso, el control y evaluación cuyos resultados por lo general revelan nuevos problemas.

Entonces ¿qué falla? ¿Por qué los Manuales de Identidad, de Comunicación o de Crisis duermen en una gaveta? ¿Por qué se consulta al comunicador sobre algunas acciones de Protocolo y Ceremonial, pero no sobre la Responsabilidad Social Corporativa? Más aún ¿por qué no se refleja la gestión económica en la documentación generada por los comunicadores?

El comunicador ha de saber escuchar, analizar, encontrar formas para hacerse comprender, demostrar con hechos, y no con palabras, que puede organizar el flujo de información de su organización.  En primer lugar, debe conocer la empresa, estudiar una y otra vez cada detalle, cada documento, cada acción a realizar, identificar los problemas que se pueden resolver con una mejor gestión de la información.

En el escenario actual resulta imprescindible, por ejemplo, hablar de temas económicos, contables y financieros, proponer las vías o canales más eficientes para que los economistas y contadores trasmitan información a los públicos internos de la empresa en forma amena y atractiva.

La alfabetización económica de la que hablaba nuestro visionario e indiscutible líder, Fidel Castro, comienza por ahí. Si al concertar un contrato con un proveedor el comercial no consulta al contador o no tiene clara la información financiera de la empresa sólo analizará la necesidad del producto o servicio que está concertando; si el trabajador recibe utilidades y no sabe los niveles de venta de lo que produce, se hará difícil explicarle en otro momento por qué cumplió con su trabajo y no hay dinero para pagárselas, tampoco pensará que su opinión sobre cómo pueden aumentar las ventas es importante.

Es necesario que los trabajadores hablen en primera persona cuando se refieren a su empresa, no podemos hablar de sentido de pertenencia si solo trabajan allí porque obtienen grandes dividendos o, lo que es peor, porque tienen formas especulativas de obtener lo que no reciben como salario.

El ritmo de la vida es dinámico, ayer empezó el 2023 y en un abrir y cerrar de ojos estaremos haciendo la planificación del presupuesto del próximo año ¿Cómo pueden participar los trabajadores en ese proceso si no les hemos compartido los indicadores o elementos a tener en cuenta? ¿Los reuniremos, una vez más, para informarles lo que proponemos al organismo superior y así decir que cumplimos la tarea?

Al identificar la necesidad de información, el especialista del área de comunicación debe proponerse cómo gestionarla. No en una tabla, ese es su documento de trabajo, deberá encontrar aliados en los jefes de área, el sindicato, los innovadores, los economistas y contadores, los trabajadores con habilidades para dibujar, escribir o hacer un meme.

Problemas tenemos muchos, soluciones también. Los comunicadores no resuelven los problemas, pero tienen las herramientas para organizar el intercambio de saberes, de conocimientos, de información. Sus habilidades pueden allanar el camino a las soluciones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

dos × dos =