Por: Ing. Andrés Martínez Ravelo
El pasado 10 de febrero, un día antes de celebrarse el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia por las Naciones Unidas, el portal de estadísticas en línea alemán Statista, publicaba que: “Cuba encabeza la clasificación de las naciones con la mayor proporción de inventoras, con un 53 por ciento de mujeres asociadas a las invenciones presentadas en 2021”.
Según el portal, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (World Intellectual Property Organization, en inglés) efectúo un estudio en 74 países sobre la participación de mujeres en las solicitudes internacionales de patente el pasado año y nuestro país ocupó el primer lugar, precedida por Filipinas (38 por ciento), Portugal (34 por ciento), Costa Rica y Perú (ambos con un 29 por ciento); así como Chile y España, con el 26 por ciento cada uno. Las cifras expuestas muestran la brecha de género que a nivel mundial existe, pues según dicho informe, las mujeres representan solo el 17 por ciento de las personas designadas en calidad de inventores en las solicitudes.
Para cualquier buen observador, el primer lugar que ocupan nuestras mujeres es revelador en medio de las limitaciones impuestas por el imperio más poderoso que ha existido a lo largo de la historia a un pequeño país subdesarrollado por medio de un injusto, genocida y cruel bloqueo por más de 60 años.
Pero también debe destacarse que, de los países seleccionados, solo en Cuba las mujeres representan la mayoría de los asociados a las invenciones patentadas, pues más de la mitad de las solicitudes tuvieron nombres de mujeres. En el resto de los países, la brecha de género en la innovación es inmensa, pues los nombres de los hombres siguen siendo mayoritarios.
Para los incrédulos y los que siempre se dedican a comparar injustamente los resultados de nuestro país con los países más desarrollados cuando de temas económicos se trata, les tengo otras dos noticias. La primera es que, según el Informe Global de Innovación de la misma Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, los diez primeros países en el ranking del Índice Mundial de Innovación son los mismos desde hace decenas de años, y son desarrollados. Dicho índice tiene en cuenta 81 indicadores diferentes e incluye la producción científica, el gasto en investigación y desarrollo (I+D), y la presentación de solicitudes de derechos de propiedad industrial, entre otros.
El informe en esta ocasión evaluó los resultados de 132 naciones y el ranking lo encabezan Suiza, Suecia, Estados Unidos de América, Reino Unido, Corea del Sur, Finlandia, Singapur, Dinamarca y Alemania. Las últimas posiciones las ocuparon Mali (lugar 124), Togo (125), Etiopia (126), Birmania (127), Benin (128), Niger (129), Guinea (130), Yemen (131) y Angola (132). Eso era de esperar, de acuerdo con el injusto y caduco orden económico y político internacional y las políticas imperiales de despojo, por supuesto.
La segunda noticia es que, según el anteriormente mencionado informe de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual sobre la participación de mujeres en las solicitudes internacionales de patente, resulta que en los Estados Unidos, Alemania y Japón, naciones con un Producto Interno Bruto inalcanzable para Cuba y que cuentan además con reputación de innovadoras, la proporción de mujeres inventoras fue solo del 16 por ciento, el 12 y el 10 por ciento respectivamente, cifras por debajo de la media mundial, lo cual expresa la exclusión de las mujeres en las solicitudes de patentes y la enorme brecha existente.
Aunque para algunos parezca algo normal que Cuba muestre estos resultados, les recuerdo que estos no tienen nada que ver con las riquezas naturales que heredamos por nuestra condición geográfica, como el azul sin comparación de nuestro cielo y de nuestros mares, o el calor intenso que nos abraza durante todo el año o las playas que adornan nuestras costas como perlas, o tantas y tantas bellezas del paisaje. No, estos no son un regalo divino.
Tales resultados se sustentan en las riquezas creadas por una Revolución que triunfó hace 63 años, un primero de enero, y que dirigió sus pasos hacia una educación gratuita de amplio acceso y calidad, así como al impulso de instituciones científicas a lo largo de toda la Isla, acompañado desde sus inicios por el ideario del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y expresados en aquella frase del 23 de agosto de 1960 en el acto de creación de la Federación de Mujeres Cubanas: “A trabajar, a organizar y a poner en actividad el espíritu creador, el entusiasmo de la mujer cubana, para que la mujer cubana, en esta etapa revolucionaria haga desaparecer el último vestigio de discriminación y tenga, la mujer cubana, por sus virtudes y por sus méritos, el lugar que le corresponde en la historia de la Patria”.