Marlene Arrúe Paisán, vicepresidenta de la ANEC

El Economista de Cuba dialogó con otra de las participantes en el encuentro, Marlene Arrúe, Premio Nacional por la Obra de toda la Vida de Contabilidad “Carlos Rafael Rodríguez”; quien nos ofreció su mirada escrutadora de especialista.

Parafraseando al Che –comenzó diciendo con las especiales dotes para comunicar que posee–: No se puede hacer un análisis correcto y tampoco de los costos, si no hay una Contabilidad muy precisa que permite actuar para que después la tecnología o la técnica administrativa resuelvan los problemas que se presentan.

Desde el punto de vista de política, la contabilidad ha tenido bien ubicada su importancia y el papel que juega en el perfeccionamiento económico del país. Los documentos de la Política Económica en los diferentes congresos, la han situado entre los primeros lineamientos, sin embargo, este aspecto no ha tenido el impacto deseado porque su aplicación ha estado carente de un enfoque integral del papel y el lugar que el Contador ocupa en una entidad.

Legitimar la figura del contador

Esta situación está identificada desde el mismo diseño de la Categoría Ocupación. El nombramiento de los cargos: Director Económico, Director Contable-Financiero, es una mezcla de especialidades y contenidos que van dejando al contador en un nivel jerárquico muy bajo, pero con una alta responsabilidad; carente de las condiciones materiales que requiere como sistemas informáticos, legislación y otros soportes para el ejercicio de esta profesión con la carga de exigencia que demandan las normas de auditoría.

¿Resultado? Un déficit importante de especialistas bien preparados, fundamentalmente, por la migración a otros puestos menos complejos con similar o mayor remuneración; y ocupantes del cargo de contador sin la debida competencia para registrar, exponer e interpretar los hechos económicos.

Una empresa es un proceso vivo que hay que interpretar adecuadamente para presentar a los directivos con ese lenguaje contable la situación real para la correcta toma de decisiones. Si no hay un especialista con la preparación suficiente para desempeñar ese rol es imposible hablar realmente de utilidades, rendimientos y crecimientos, liquidez o endeudamiento, mucho menos diseñar precios.

Mi propuesta de acciones a considerar es:

  1. Perfeccionamiento de los sistemas de gestión contable, es decir, llevar estos sistemas a una herramienta más completa, dotándola de manuales es instrucciones que permitan un ambiente de control más efectivo.
  2. No basta con el posgrado, la maestría, los cursos de habilitación, debemos llevar a la especialidad a su verdadero lugar, y un camino importante es la Certificación como Contador, consideramos importante centrar, en primer lugar, las actividades de mayor impacto en la economía con actualizaciones que permitan la constante superación.
  3. Distinguir el cargo de Contador Jefe y su misión principal que es el real registro de los hechos económicos bajo una norma de información financiera actualizada y una interpretación adecuada para brindar a la dirección. Él es responsable de todo el control interno administrativo, otras responsabilidades y tareas le restan tiempo y atención al desempeño de su especialidad.

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