medicina alternativa, precios y costos

Entre todas las dispersiones que hoy se reflejan en la economía cubana, el tema de los precios y su escalada inflacionaria es preocupación latente en la población, pues lo sufre directamente en su rol de consumidor de productos y servicios. Más que la escasez, nos afecta la inaccesibilidad al mercado y el poco valor de compra de los salarios nominales. Nominales, porque para nadie es un secreto que, con el salario, es imposible sostener la economía familiar.

Hace 10 o 15 años atrás era común que un familiar o amigo llegado del extranjero nos hablara de la necesidad de tener dos o tres trabajos para lograr sostenerse, y a eso nos parecía de otra galaxia, decíamos: “….mira que emigrar para trabajar 14 o 16 horas en tres trabajos….” porque acá, con uno nos alcanzaba; incluso veíamos con sorpresa como estudiantes de bachillerato o universitarios tenían que trabajar para ayudar a la familia a solventar sus estudios.

Hoy son muchos los cubanos que tienen que buscar más allá de ese único salario nominal, tienen dos o tres empleos o fuentes de ingreso (este servidor incluido); y los jóvenes universitarios, después de la docencia, tienen un empleo de cuatro o seis horas para ayudar a la familia. La situación económica y la estampida de los precios ha obligado a cambiar conceptos y formas de vida.

En medio de esta problemática, uno de los sectores más afectado, que más siente las consecuencias es el de la salud. Fuertes limitaciones en la producción, la importación de materias primas y recursos la falta de más del 75 por ciento de los medicamentos que pertenecen al cuadro básico de salud; han condicionado un mercado ilegal con precios inalcanzables para el ciudadano común, para el cubano de a pie, o para los que más los necesitan, los enfermos y los ancianos, cuyas pensiones no les alcanzan para cubrir los gastos en medicinas para una semana de tratamiento.

Una alternativa para el acceso a los medicamentos ante la demanda insatisfecha, vuelve a ser la medicina natural y tradicional que alcanzó su máximo auge a inicios de los 90 del pasado siglo, en los años de período especial.

El Comandante en Jefe dirigió personalmente el programa de medicina verde, y no quedó patio ni parcela que no se sembrara y produjera remedios. Después de todo, los medicamentos de las grandes industrias farmacéuticas tienen su base en la botánica.

Hoy las empresas provinciales de medicamentos, farmacias y ópticas, más allá de lo que hace la gran industria biofarmacéutica, tienen la responsabilidad de producir a nivel local medicamentos naturales que pueden sustituir a los industriales.

Pero estas empresas han tenido un tropiezo, no son rentables porque los costos de las materias primas han aumentado y los precios aprobados para la venta quedan por debajo del costo de producción, produciendo pérdidas en su gestión económica, y en consecuencia reciben subsidios por el presupuesto del Estado.

Es por ello que hace solo unos días, el Ministerio de Finanzas y Precios (MFP) publicó en la Gaceta Oficial número 33 de este año tres resoluciones, la 21, 22 y 134, aprobando la modificación de las facultades para la aprobación de los precios de medicamentos producidos en los municipios.

La Resolución 21 de 2024 faculta a los jefes de las entidades productoras para aprobar los precios mayoristas en moneda nacional, de los productos naturales de elaboración local dispensarial, y de la industria nacional. Eso quiere decir que desde la misma empresa se pueden formar precios.

Para su formación se utilizará el método de gastos, es decir, la empresa analiza costos y gastos asociados a esta producción y determina los precios, con la condicionante de que se establece un coeficiente máximo de gastos indirectos de hasta 1.5 sobre el salario directo y una utilidad de hasta el veinticinco por ciento (25 %) sobre el total de costos y gastos, descontando el consumo material y los gastos que no forman parte del costo. Ello propicia a la empresa los ingresos necesarios para reproveerse de materias primas y elevar las producciones.

Se exceptúan de esta norma las industrias biotecnológicas y de alta tecnología, cuya normativa de utilidad para estas producciones es de hasta un ocho por ciento (8 %), sobre el total de costos y gastos.

En la determinación del precio mayorista de estas producciones se tienen en cuenta las concertaciones de los precios de venta de la masa vegetal y de otros insumos con los diferentes actores económicos, con el objetivo de disminuir los costos de estos productos naturales. Por lo que también hay que saber negociar con los proveedores para adquirir las materias primas a más bajo precio.

Las entidades facultadas a aprobar precios mayoristas de los productos naturales conservan los expedientes contentivos de la ficha del análisis de costos y gastos, la fundamentación y valoraciones sobre la propuesta, así como los datos de los cálculos en cada caso, de conformidad con lo establecido. Esta es una forma de poder comprobar el proceso y asegurar se termine poniendo el precio que realmente lleve el medicamento en cuestión.

Los gobiernos y entidades facultadas para formar los precios son responsables con la implementación y actualización de los procedimientos, mecanismos de control y regulación que correspondan, conforme a las facultades otorgadas en la Resolución 21, con el fin de lograr precios mayoristas racionales, asequibles y sin subsidio.

´Por su parte, la resolución 22 faculta a los Gobernadores y al Intendente del municipio especial Isla de la Juventud, para aprobar los precios minoristas en CUP, de los productos del Programa de la Medicina Natural y Tradicional, de elaboración local dispensarial, hasta los límites que se establecen por el MEP.

Si, porque aunque la empresa que lo produce establezca su precio mayorista, el gobierno es responsable de aprobar precios minoristas que no generen subsidios y a la vez, no excedan los precios minoristas que, como máximo se establecen para los diferentes tipos de formas farmacéuticas en el Anexo Único, que forma parte integrante de la Resolución 22.

Así mismo, la resolución 134 establece los precios minoristas para  los productos elaborados por la industria nacional y biofarmacéutica, que se establecen en el Anexo Único de esa Resolución.

En resumen; se modifican las facultades para aprobar precios a los productos que se consideran dentro de la medicina natural y tradicional y se establecen precios topes o máximos para asegurar no se excedan y sean parte de los precios inflados que tanto daño hacen al bolsillo del cubano.

Esta no es una solución definitiva, el proceso inflacionario y devaluativo de la moneda cubana se continúa incrementando, pero es una medida que permite a las empresas de medicamentos asegurar una mayor producción y más presencia en el mercado de estos productos.

Es necesario buscar fórmulas para disminuir los costos, y con ello, los precios de productos tan necesarios, una alternativa de solución ya probada con efecto; pero se necesita también que la empresa que la produce sea eficiente y no se traduzca en pérdidas financieras su producción. Inteligencia, gestión eficiente y compromiso con la solución de cara al pueblo, es la respuesta.

Como decía Benjamín Franklin, gran conservador y expresidente de Estados Unidos: “…si sabes gastar menos de lo que ganas, has encontrado la piedra filosofal. Un saco vacío se mantiene muy difícilmente en pie…” se requiere buscar alternativas para que nadie pierda, ni la empresa ni el pueblo, para que el salario llegue a alcanzar y las empresas sean rentables.

Este es un paso, otros muchos se pueden dar en diversos sectores de la economía.

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